Redacción Hora Cero
El miércoles 14 de febrero, la Iglesia Católica inicia el tiempo de la Cuaresma. Durante 40 días la comunidad cristiana se dispone para celebrar la fiesta de la pascua. A decir de la Arquidiócesis de Xalapa, esta fiesta pascual hace referencia, en primer
lugar, al misterio de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús que
celebraremos en la Semana Santa, y también, al paso de las tinieblas a la luz a
la que estamos llamados todos los que somos discípulos de Jesús.
A través de su comunicado dominical se explicó que el comienzo de la Cuaresma, en el momento de la imposición de la Ceniza, significa cambiar de mentalidad, cambiar el modo de ver y juzgar las cosas y, por consiguiente, en la circunstancia concreta de nuestra
vida, significa cambiar de conducta en el modo de proceder.
«La conversión hace que la persona se transforme y cambie su rumbo de vida, la conversión nos mueve a dejar los ídolos para hacerse discípulo de Jesús. La conversión está precedida de la gracia, antes que ser ascesis es mística; es decir, es Dios el que toma la iniciativa y nos llama primero (mística); después seguirá la respuesta personal (ascesis). Mediante la conversión Dios nos hace una propuesta de salvación», abundó el director de Comunicación Social, el padre José Manuel Suazo Reyes.
En este sentido -dijo-, el tejido social está lastimado y todos estamos viviendo sus efectos. Por lo mismo, sea por una motivación religiosa o ética, todos necesitamos transformarnos, ser mejores personas, recuperar los valores humanos que nos permitan respetarnos unos a otros, superar el egoísmo y mejorar el ambiente donde se desarrollan nuestras vidas.
«Nuestro país también necesita conversión, nuestro pueblo y nuestras autoridades lo requieren; la política necesita convertirse en un instrumento que ayude a servir a la sociedad, para que en su ejercicio, se trabaje por el bien común, la justicia y la construcción de la paz. La función política no puede seguir siendo el privilegio de los “recomendados”, ni de camarillas en el poder, que buscan apoderarse de los bienes de los demás. La función política está llamada a ser la expresión más alta de la caridad. La gente ya no soporta falsas promesas ni mentiras, nadie merece eso», abundó.
Por último el religioso subrayó que la transformación de nuestro país no es un asunto mágico, los grandes problemas que nos aquejan no se modificarán simplemente por el arribo de una determinada persona al poder, se necesita también cambiar nuestro el interior.