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Coxquihui, saqueo en un pueblo pobre

Luis Alberto Romero

Coxquihui es un pequeño municipio ubicado en la zona del Totonacapan; en este lugar la pobreza y el rezago social son parte de la realidad de más del 90 por ciento de la población.

De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, el municipio tiene poco más de 15 mil habitantes; de ellos, más de la mitad, 52.7 por ciento, enfrenta condiciones paupérrimas.

En pobreza moderada viven más de 37 de cada 100 habitantes de Coxquihui.

Aquí, el grado promedio de escolaridad entre la población mayor de 15 años es de 5.6, muy inferior al 7.7 que se registra en el ámbito estatal.

Habría que agregar, para completar el cuadro, que de los 15 mil habitantes, al menos 12 mil son pobres; y casi 4 mil 400 enfrentan rezago educativo.

Del total de los habitantes, 92 por ciento tiene carencia de seguridad social; casi 47 por ciento habita en viviendas de mala calidad y en espacios insuficientes, hacinados; en tanto que un tercio de la población sufre carencia por acceso a la alimentación.

Así es Coxquihui, un pequeño municipio veracruzano donde 7 de cada diez habitantes no tienen agua entubada y donde casi la mitad no cuenta con drenaje.

Es, en síntesis, una de las máximas expresiones de pobreza y marginación de Veracruz.

En ese contexto de pobreza se registra un señalamiento por presunta corrupción y desvío de recursos contra las anteriores autoridades municipales.

En este lugar, las autoridades municipales tienen reclamos contra el anterior ayuntamiento, encabezado por el priista Reveriano Pérez Vega, hoy convertido en prófugo de la justicia.

Lauro Becerra García, el actual presidente municipal, surgido de Acción Nacional, se refirió a los problemas que enfrentó al llegar al cargo: un Palacio Municipal con todas las ventanas rotas, el piso levantado, sin mobiliario y el inmueble convertido literalmente en ruinas. No hay patrullas ni ambulancias y sólo le dejaron un camión recolector de basura, que además está descompuesto.

El anterior ayuntamiento reportó como terminada la construcción de 2 kilómetros de banquetas y guarniciones que prácticamente no existen porque sólo dejaron un pequeño avance en la obra. Hay reportada una red de drenaje en la comunidad de Adolfo Ruiz Cortines, pero la obra sólo está en el papel, porque tampoco fue realizada.

El colmo: el actual Ayuntamiento recibió una policía municipal que antes operaba 7 patrullas, pero éstas fueron aseguradas por la Secretaría de Seguridad Pública, debido a que se trataba de unidades clonadas.

En Coxquihui, el presunto daño patrimonial de 2016 y 2017, de acuerdo con las cuentas y las revisiones del gobierno local, podría llegar a 70 millones de pesos.

El alcalde Lauro Becerra dice que acudirá en estos días, antes de que concluya el mes, al Órgano de Fiscalización Superior del Estado, ORFIS, para interponer la denuncia y pedir que se investigue a los ex funcionarios municipales responsables del saqueo y del presunto daño patrimonial.

Reveriano Pérez Vega fue dos veces presidente municipal en Coxquihui; fue desaforado en octubre del año pasado, y Eulalia García ocupó su lugar.

Hoy del ex alcalde nada se sabe, sólo se comenta en ese lugar que huyó para evitar la acción de la justicia, dado que se le señala por su presunta participación en cuatro delitos, evasión de presos, desobediencia y resistencia de particulares, abuso de autoridad y robo de vehículo.

A esas acusaciones se podrían sumar las denuncias derivadas de las auditorías realizadas a la administración que encabezó en dicho ayuntamiento.

Lauro Becerra habla de ese saqueo y aunque parezca una frase pintoresca, no le falta razón cuando apunta que  “no se llevaron el Palacio Municipal porque no lo pudieron arrancar”. @luisromero85


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