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La primera vez fue un jaloncito de orejas en privado por no tener el Censo del Bienestar que le encargó el presidente Andrés Manuel López Obrador. La segunda fue otro jalón de orejas, pero en público, por el mismo motivo y a cargo del propio AMLO. Luego vino el comentario misógino y racista contra las trabajadoras domésticas a las que llamó “Yalitzas”. Y ahora el mismo presidente ordenó que lo investiguen por el sueldazo que se habría autorizado como súper delegado federal. Nomás 113 mil pesos mensuales.

¿Alguien duda que en escasos 100 días Manuel Huerta está más quemado que el guante de un bombero?


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