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Uriel Flores Aguayo fue fundador del PRD en Veracruz, partido del que vivió a sus anchas hasta llegar a una diputación federal y luego a un cargo de medio pelo en la SEV. Cuando vio que el Sol Azteca ya no daba para más, presentó su renuncia y se fue pensando que en Morena habría un lugar para él. Pero ni lo pelaron.

Fuera del presupuesto, don Uriel se le pegó a René Bejarano para que le haga la caridad de aceptarlo en la organización civil Movimiento Nacional por la Esperanza. Y como al Señor de las Ligas le urge gente para convertir al MNE en partido político, le dijo que sí.

No hay que olvidar que ese tipo de organizaciones jamás le hacen feo al cascajo.


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