Palabra de Nimbe
Por Nimbe Romero
A propósito de la vainilla, el producto aromático que también le ha dado renombre internacional a la región de Papantla, las mujeres totonacas también destacan como polinizadoras. Han sido por siglos las especialistas en darle continuidad a esta producción, y hay fotografías, dibujos, carteles publicitarios del producto del siglo pasado, que siempre evocan a una mujer con el traje totonaco, al pie de los sembradíos.
Resulta que solo a mano, flor por flor, realizan la fecundación de la orquídea, para que crezca la vaina. Que se corta en “verde” en el mes de diciembre, y se “beneficia” asoleándola, pero es un producto delicado, que principalmente las mujeres la han hecho trascender en el tiempo.
Por supuesto, es un trabajo en conjunto, pero el Consejo Nacional de la Vainilla, siempre ha hecho ese reconocimiento, en el papel importante de la mujer para el cultivo aromático, que dio a Papantla, el renombre de “La ciudad que perfuma al mundo”.
Mi reconocimiento para ellas, sus valiosas manos, y todos los que hacen sus esfuerzos para que la vainilla no desaparezca.
Las mujeres y la vainilla tienen una larga relación, también como artesanas, todavía recuerdo aquella pirámide que obtuvo un record mundial, hecha con vainas de vainilla, que tejieron mujeres papantecas, mismas que siguen trabajando la artesanía, y que inclusive se han convertido en empresarias; es más en la cocina, también las mujeres papantecas tienen recetas con vainilla que van desde bebidas, postres, hasta platillos más elaborados.
GRILLA VAINILLERA
Hace días que vi críticas para Crispín Pérez, como líder vainillero, entre otras cosas lo señalaban de beneficiar a su familia con proyectos productivos, y a resumidas cuentas lo expusieron como un supuesto abusador de los productores.
No sé en los últimos años, porque hace tiempo no tengo el gusto de seguir sus pasos, pero la verdad es que, yo si lo acompañé por más de una década de lucha, y siempre me pareció un hombre trabajador, con verdadera vocación por el producto, vaya es un hombre que ama la vainilla, y si su familia también se ha involucrado, es porque siguen sus pasos, de eso a que sea ahora el nuevo rico cacique, explotador de los productores, pues la verdad lo pongo en duda. Sobre todo porque vienen de un perfil falso en redes sociales, que carece de fuente y datos precisos. Pero lo veo caminar tranquilo por el parque Israel C. Téllez, sin deberla ni temerla. No así a otros, que ya no pueden asomar la nariz por nuestras calles.
Pero hay otros esfuerzos de nuevas corrientes, como la de la asociación “Vainilleros en Unidad y Trabajo AC”, que encabeza otro joven que pone todo su empeño en que el cultivo de la vainilla no se acabe en Papantla, Oscar Ramírez, quien seguirá trabajando por la producción, comercialización y hasta exportación del aromático.
CONGRESO INTERNACIONAL DE LA VAINILLA
También hubo duras críticas para el Tercer Congreso Internacional de la Vainilla, que se celebró en días pasados, de lo que quiero rescatar, el homenaje luctuoso, que realizaron a los pueblos indígenas sacrificados en la defensa de sus tierras y principalmente de su cultivo, frente al monumento de la Leyenda de la Vainilla, un acto de verdad encomiable.
Que si hubo más artesanía, que vainilla, bueno está claro que la producción se ha desplomado en las últimas dos décadas, pero los esfuerzos deben valorarse.
Cuantas veces los periodistas, insistimos en que se lograra un museo de la vainilla, pasaron y pasaron administraciones sin tomar la sugerencia, pero es tan importante reconocer que la historia de Papantla, sin la vainilla, definitivamente no sería la misma, y por eso, que se hagan los congresos, las conferencias, los encuentros, las exposiciones y demás, que le den renombre, que se comercialice la vaina, no deben cancelarse, ni echarse por tierra. Vamos, el mundo nos reconoce, si tiene Papantla la denominación de origen de la vainilla, cada que haya un evento que exalte a nuestro producto, debemos apoyarlo.