Juan David Castilla
José Antonio Santiago Lazcano fue víctima de un asalto, el 17 de octubre de 2013, en esta ciudad de Xalapa, donde perdió el 90 por ciento de su vista.
El joven festejaba el cumpleaños de una de sus amigas en un establecimiento de la Plaza Urban Center, ubicada sobre la avenida Lázaro Cárdenas, en la zona norte de la capital del estado.
Al salir del sitio comercial, varios sujetos lo golpearon brutalmente para despojarlo de sus pertenencias. Fue en ese momento cuando comenzó el “viacrucis”.
“Cuando llegué a la Cruz Roja no me quisieron brindar los primeros auxilios. Me dijeron que no traía dinero ni credencial de elector. Le suplicaba al médico que me ayudara. Un primo tenía en estos momentos un cargo en la delegación del ISSSTE y recuerdo que le decía (al médico): voy a hablar con mi primo para que te ayude, y me acuerdo que cínicamente al final me dio su tarjeta y me pedía que no se me olvidara decirle a mi primo”, relata.
Los golpes le ocasionaron una fractura en el nervio óptico del ojo derecho y, en el izquierdo, una cicatriz interna en medio de la retina, lo que mermó casi la totalidad de su vista.
Escupía sangre. La golpiza recibida le causaba dolores que pocos llegan a soportar. Decidió seguir adelante y sobrevivió.
En ese entonces, laboraba en un tienda departamental que, después del incidente, lo indemnizó de por vida y cada mes recibe puntualmente su pago.
Lazcano ahora es presidente de la asociación civil Transformando Sueños Invisibles y Visibles, estudia la Licenciatura en Educación Física y Nutrición Deportiva, y da apoyo gratuito a niñas y niños con discapacidad.