Redacción
El caso de “las torres de la muerte” continúa impune a tres años de que dos policías fueran acribillados por grupos delictivos en la torre o caseta móvil de vigilancia no blindada sobre el bulevar Córdoba-Fortín, en la zona centro de Veracruz.
La entonces alcaldesa de Córdoba, Leticia López Landero, habría burlado cualquier responsabilidad, por el presunto cobijo del secretario de Gobierno de Veracruz, Eric Cisneros Burgos, su amigo
No hubo investigación del caso, presuntamente porque Cisneros Burgos dio la orden de no mover un dedo para investigar la red de corrupción que habría manejado la alcaldesa al interior del Ayuntamiento y el millonario desvío de recursos para incrementar su patrimonio familiar.
El caso de las torres de vigilancia destapó una posible red de corrupción en la mencionada administración municipal panista.
Leticia López Landero se llenó la boca al presumir la compra de dos torres de vigilancia por las que pagó casi 8 millones de pesos a la empresa Antonidas, S. A. de C. V., pero tales casetas no estaban blindadas, por lo que evidentemente infló los costos para llevarse dinero a su bolsillo.
En febrero de 2020, diversos medios de comunicación locales publicaron notas periodísticas donde se indica que el ayuntamiento intentó ocultar el costo de las casetas de vigilancia.
El entonces regidor quinto Ángel Etiem Jiménez Castañeda obtuvo la factura de adquisición de las dos torres de seguridad, mismas que debían estar blindadas para la protección de los policías; sin embargo, costaron 3.8 millones de pesos cada una y no resistieron a un ataque donde murieron dos elementos.
Las familias enlutadas, en su momento, exigieron justicia, pero no fueron escuchadas.
De ninguna forma fueron escuchadas, pues detrás del caso habría estado el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, amigo de Leticia López Landero, quien dio la orden de archivar el caso en el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis), en el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI) y en la Fiscalía General del Estado (FGE), dependencias donde colocó a su gente.
Leticia López Landero “montó un show” y se presentó al homenaje póstumo de los cuatro uniformados: dos estatales y dos municipales, quienes fueron despedidos con honores.
La tarde del 22 de febrero de 2020 ocurrieron dos atentados: uno a las torres de vigilancia y otro a una patrulla rumbo a la San Isidro Palotal.
Ahora que López Landero no tiene fuero, los cordobeses piden se reabra la investigación para que se aplique la ley y la muerte de los policías no quede en la impunidad.