Redacción
La Secretaría de Salud emitió un aviso epidemiológico por miasis por Cochliomyia hominivorax, a todas las unidades médicas de primer, segundo y tercer nivel de atención, Unidades de Vigilancia Epidemiológica Hospitalaria (UVEH) y miembros de la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública (RNLSP).
El Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (CONAVE), informa sobre el primer caso humano de miasis por Cochliomyia hominivorax en México:
Situación regional de la miasis causada por C. hominivorax
El gusano barrenador del ganado (GBG) es endémico de Sudamérica y se encuentra distribuido exclusivamente en el continente americano.
Durante aproximadamente 20 años, la región comprendida entre Panamá y Estados Unidos se mantuvo libre de esta mosca, sin embargo, desde 2023, se registraron casos en animales de producción en Panamá, Costa Rica y Nicaragua.
En 2025, se han registrado casos en seres humanos en Panamá (134), Nicaragua 80) y Costa Rica (73).
Situación epidemiológica en México
La enfermedad del GBG fue un problema en México hasta 1991, año en que se declaró libre de la plaga a los estados de Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán; en tanto que, el 9 de septiembre de 2003, se declaró libre al estado de Chiapas.
El 23 de noviembre de 2024, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural notificó a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) el primer caso confirmado de GBG en un bovino de origen extranjero, interceptado en Catazajá, Chiapas.
Del 21 de noviembre de 2024 al 18 de abril de 2025, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) ha confirmado 869 casos en animales, 487 en Chiapas, 249 en Tabasco, 116 en Campeche, 13 en Quintana Roo y cuatro en Yucatán.
El 17 de abril de 2025 se confirmó el primer caso de miasis causada por C. hominivorax en una mujer de 77 años, residente del municipio de Acacoyagua, en el estado de Chiapas.
Definición
Cochliomyia hominivorax es una mosca de color verde azulado, de entre 10 a 15 mm de longitud, endémica del continente americano. La mosca deposita sus huevos en heridas o mucosas de animales de sangre caliente, incluidos los humanos, provocando infecciones conocidas como miasis.
La miasis causada por C. hominivorax en animales, conocida comúnmente como bichera o gusanera, es una de las más relevantes debido a su alta incidencia y severidad. Históricamente, esta parasitosis ha generado pérdidas económicas significativas en la industria ganadera. La hembra de C. hominivorax se aparea una sola vez en su vida y tiene la capacidad de producir hasta 4,000 huevos, los cuales deposita en paquetes de entre 12 y 400 sobre la piel del huésped.
Las larvas emergen en cuestión de horas y comienzan a alimentarse del tejido del huésped. Tras cuatro a ocho días, las larvas caen al suelo, donde se entierran unos centímetros para transformarse en pupas. Las moscas adultas emergen después de aproximadamente una semana en climas cálidos y húmedos, o en periodos más prolongados en climas templados. Las moscas adultas alcanzan la madurez reproductiva entre los tres y cuatro días posteriores a su emergencia, tras lo cual las hembras inician la oviposición. Estas hembras tienen la capacidad de desplazarse hasta 50 km desde su lugar de origen y pueden ser transportadas a grandes distancias al posarse en vehículos u otros medios de transporte.
Cuadro clínico: La miasis en humanos presenta características clínicas similares a las observadas en animales. Además de la miasis en heridas y úlceras, como las varicosas en las piernas, puede manifestarse en una forma forunculosa, que se caracteriza por la aparición de un nódulo cutáneo inmóvil.
Las miasis de las cavidades naturales se deben, en la mayoría de los casos, a larvas de C. hominivorax. La invasión de las fosas nasales (rinomiasis) es la más frecuente y ocurre en general como una complicación de la rinitis crónica atrófica (ocena). Las larvas de C. hominivorax frecuentemente destruyen los cartílagos y la bóveda palatina, pueden penetrar en los senos nasales e, incluso, llegar a la cavidad craneana. La forma ocular puede destruir el ojo.

