- A través de proyecto desarrollado por Gabriela Álvarez, estudiante del Doctorado en Biología Integrativa, en el que participan 13 mujeres de cuatro centros comunitarios
- Impartió dos talleres en los que habló de los ingredientes de los productos ultraprocesados y promovió el uso de vegetales locales
Redacción Hora Cero
Gabriela Alejandra Álvarez Ochoa, estudiante del Doctorado en Biología Integrativa, impartido por la Universidad Veracruzana (UV), realiza un proyecto con mujeres que trabajan en huertos comunitarios ubicados en distintos puntos del municipio de Xalapa, en el que articula tres ejes fundamentales: saberes tradicionales, bienes saludables sostenibles y autocuidado, con el fin de aportar al cuidado colectivo y la salud desde una perspectiva integradora.
“La iniciativa parte de que históricamente ha sido un sector vulnerable en el tema de salud, específicamente relacionada con la salud reproductiva y por la cuestión histórico-social de los cuidados”, explicó la universitaria.
Los huertos comunitarios en su mayoría son liderados por mujeres, por ello se propuso desarrollar una investigación desde una perspectiva situada y de diálogo de saberes, articulados desde la biología integrativa, puntualizó.
Actualmente, se cuenta con 13 participantes provenientes de los centros comunitarios El Naranjal, Plan de Ayala, El Moral y Arroyo Blanco. El proyecto inició en enero de 2024, con un primer acercamiento que permitió identificar los espacios de trabajo, establecer vínculos de confianza y formalizar la colaboración con la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Xalapa.
Álvarez Ochoa explicó que se desarrollaron dos ciclos de talleres: el primero, llamado “¿Cómo nos estamos alimentando?”, en el que se abordó los ingredientes presentes en los productos ultraprocesados y bebidas azucaradas; en el segundo, “Alimentación sana: del huerto a la mesa”, promovió el uso de vegetales locales de bajo consumo. En ambos se buscaron alternativas para revalorar su uso y reincorporarlos en la dieta diaria.
La respuesta de las participantes ha sido muy positiva: “Han sido muy receptivas y entusiastas, me abrieron las puertas de sus espacios. Además, hay una comunicación y confianza que ha permitido un intercambio de saberes, fortaleciendo los lazos entre la comunidad y la universidad”, expresó.
“Su entusiasmo ha ido más allá de los temas abordados; han pedido otros apoyos, como asistencia técnica en el huerto, asesorías nutricionales o temas relacionados con la herbolaria, especialmente en colectivos como Musas de Plan de Ayala”, mencionó.
La estudiante de posgrado reiteró que dichas solicitudes reflejan el interés de las participantes por ampliar conocimientos y fortalecer prácticas que llevan hacia una soberanía alimentaria. En este sentido, subrayó la importancia de que la UV mantenga vínculos directos con las comunidades.
“Tienen mucha apertura, receptividad y respeto por la Universidad. Nos ven como alguien que debe retribuir, no desde una exigencia, sino desde lo que sabemos; por eso, el conocimiento académico se entreteje con el comunitario y se convierte en un conocimiento colectivo”, subrayó.
Finalmente, Gabriela Álvarez invitó a la comunidad UV a mirar estos proyectos con una visión crítica y sensible: “Nos vamos hacia otra mirada, a una perspectiva situada, de manera que la crítica, el análisis y la colaboración sean adecuados a las realidades de las comunidades”.


