Puente Xallitic, una tragedia que se repite / Hora cero

Hora cero
Puente Xallitic, una tragedia que se repite
Luis Alberto Romero
El emblemático Puente Xallitic, una joya arquitectónica de Xalapa construida en los años cincuenta, no solo conecta calles: conecta con una tragedia que se repite. En 2025, al menos cinco jóvenes han intentado quitarse la vida lanzándose desde sus aproximadamente 15 metros de altura; algunos de estos actos fueron evitados, otros, consumados.
Para ubicar en perspectiva: en menos de una semana se produjeron dos suicidios en este lugar: el primero, el 29 de agosto, que costó la vida de un joven de 17 años; y el segundo, el sábado 6 de septiembre.
Ante esta realidad, la respuesta del Ayuntamiento ha sido tibia.
Protección Civil Municipal descartó la colocación de mallas protectoras o frases motivacionales como soluciones de fondo; quienes están al frente de la dependencia argumentan que los problemas emocionales van más allá de las estrategias físicas.
Aun así, el municipio ha iniciado guardias de seguridad en el puente como medida disuasoria.
El alcalde Alberto Islas, por su parte, anunció que solicitará al Instituto Nacional de Antropología e Historia autorización para “encapsular” el sitio con mallas, aunque reconoció la complejidad de apelar a medidas físicas frente a pensamientos suicidas.
Si bien es alentador que haya movimiento, lo cierto es que la pasividad institucional ha sido dolorosamente prolongada. Mientras tanto, los jóvenes siguen llegando al puente como si fuera un símbolo fatal. La vigilancia policíaca es reactiva y limitada; las barreras físicas —debates aparte sobre su efectividad— son apenas paliativos y llegan tarde.
La esencia del problema exige otro enfoque: atención en salud mental de calidad, campañas comunitarias sostenidas, espacios de escucha y servicios accesibles.
Como señaló Protección Civil, lo que debemos hacer es trabajar hacia la familia… se requiere más atención a la salud mental y que los hospitales funcionen mejor en esa área.
No es suficiente con colocar guardias o mallas de protección: hace falta un programa sólido de prevención, con psicólogos clínicos en centros de salud, campañas escolares y comunitarias que desestigmaticen pedir ayuda, y rutas claras de apoyo real y rápido.
La salud mental no puede ser el eslabón más frágil de nuestra red social.
En este contexto, el Puente Xallitic representa un clamor: ¿hasta cuándo permitiremos que un lugar simbólico sea refugio de la desesperanza? La administración municipal responde tardíamente, y la autorización del INAH podría tardar más aún. Cada día, sin una estrategia real, es una oportunidad más para la tragedia.
Ojalá que el Ayuntamiento deje de reaccionar y comience a actuar. Colocar mallas puede evitar algunos impulsos, pero no cambia las causas profundas. Lo urgente es fortalecer la atención psicológica, capacitar a docentes y agentes comunitarios, garantizar presencia de salud mental en centros de primer contacto y lanzar campañas que lleguen a la familia y escuela. Solo así se podrá convertir un sitio de muerte anunciada en un puente que, simbólicamente, también signifique esperanza por estar ubicado en un barrio mágico de la capital veracruzana.
@luisromero85