Juan David Castilla
Madres y padres de familia protestaron y tomaron el jardín de niños “José María Morelos y Pavón” en el centro de Xalapa, para denunciar que las instalaciones están deterioradas y representan un riesgo para la comunidad escolar.
Natasha Velázquez, vocal del primer año, grupo “A”, y el papá José Carlos Toral, indicaron que están preocupados por la seguridad de los pequeños, pues es necesaria la reubicación de los alumnos para evitar una tragedia.
“Lo que pasa es de que el kínder Morelos, en pleno centro, tiene unas condiciones pésimas. Hay goteras, hay un árbol que se está cayendo, una barda que se está cayendo. Ya se leyó un dictamen, ya está hecho un dictamen en el cual se dice todos los problemas que hay”.
El edificio se localiza sobre la calle Francisco Javier Clavijero, entre Enríquez y Juárez, pero presenta goteras y problemas estructurales; sin embargo, el mayor riesgo es una barda que podría colapsar.
“Acabamos de leer ahorita un dictamen de protección civil. El riesgo en general del kínder es de medio a alto. Por lo cual, pues obviamente como padres de familia nos preocupa la integridad, seguridad de nuestros hijos. Y bueno, pues necesitamos una solución inmediata, no en seis meses, no en una semana”.
Las mamás y papás decidieron manifestarse luego de que los directivos del plantel informaran sobre trabajos de mantenimiento, pero sin detallar la magnitud real de los daños.
Un dictamen emitido por Protección Civil hace dos años ya había señalado que el kínder se encuentra en condiciones de riesgo medio a alto, con goteras en techos y grietas en paredes; pisos levantados y un posible socavón; bardas laterales con peligro de colapso; un árbol de gran tamaño y antiguo que amenaza con caer sobre los salones superiores; y un salón múltiple que carece de luz debido a humedad y fallas eléctricas en las instalaciones.
Los padres denunciaron que, aunque existe un presupuesto de 2.5 millones de pesos, lo que se pretende ejecutar es únicamente impermeabilización y sellado de grietas, lo cual consideran insuficiente.
La exigencia principal es que los 72 alumnos y los 24 docentes del plantel sean reubicados en un lugar seguro mientras se realizan los trabajos, los cuales están programados para seis meses.


