Juan David Castilla
Durante los últimos años el robo de ganado o abigeato aumentó hasta convertir a Veracruz en uno de los estados con mayor incidencia a nivel nacional.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Veracruz reportó al inicio de 2024 decenas de casos de abigeato, lo que subraya una tendencia preocupante.
Sin embargo, líderes ganaderos coinciden en que la realidad es aún más grave, pues existe una cifra negra elevada, ya que el miedo a represalias disuade a muchos de denunciar ante las autoridades.
El impacto económico es devastador para los pequeños y medianos productores. Los delincuentes no solo sustraen animales vivos, sino que han adoptado una modalidad aún más cruel: destazar a las reses en el mismo potrero para llevarse la carne más valiosa, dejando el resto.
Las zonas norte y sur de la entidad, incluyendo municipios como Tampico Alto y Ángel R. Cabada, figuran entre las más afectadas por esta inseguridad.
Ante la inacción o escasez de vigilancia, los productores han tenido que organizarse. La principal exigencia a las autoridades estatales y federales es el aumento de la seguridad y el combate frontal contra los grupos criminales dedicados a este ilícito.
Paralelamente, buscan soluciones tecnológicas. Las agrupaciones ganaderas están explorando la posibilidad de instalar chips de localización en sus cabezas de ganado.
Esta estrategia, implementada con éxito en otras entidades, permitiría un rastreo y una recuperación más efectiva de los animales robados.


