Juan David Castilla
Después de varios años de que un “gigantesco” socavón pusiera en peligro sus vidas, trece familias en la privada Cuauhtémoc de Rancho Viejo, San Andrés Tlalnelhuayocan, enfrentan una situación aún más grave.
Los vecinos denuncian que la tierra continúa desmoronándose en el precipicio de aproximadamente 5 metros de profundidad que se abrió tras el huracán «Grace», y advierten de un colapso inminente en sus viviendas.
El socavón, que se extiende a lo largo de 300 metros lineales, ha sido agravado por las recientes lluvias.
Francisco Martínez, uno de los residentes más afectados, cuya casa ya está al borde del abismo, urgió a las autoridades a tomar acción inmediata.
“Necesitamos la construcción de un muro de contención y desviar el cauce del agua pluvial que está carcomiendo la tierra», han comentado de manera constante sin ser escuchados.
Aunque la pasada administración intentó mitigar el riesgo con la colocación de casi dos mil costales de grava por parte de los propios vecinos, esta medida es insuficiente.
El llamado ahora es directo al Ayuntamiento: que retomen el proyecto de atención y actúen antes de que las «aguas» de la temporada de lluvias desaten una tragedia.
“Se hizo ese canal y es lo qué nos ha ayudado pero ya se lo está llevando el socavón”, remataron.