Carpe Diem
Manolo Victorio
Entre héroes, zopilotes, oportunistas y mezquinos.
La narrativa periodística respecto a la inundación quizá no sea herramienta de ayuda inmediata para quienes viven en carne viva la tragedia por las inundaciones en los 22 municipios veracruzanos más afectados por el desbordamiento de los ríos.
Hace 80 años no llovía un caudal como lo registrado en 1941, un promedio mensual de 155.5 litros por metro cuadrado, según un grupo de científicos de la UNAM que analizaron las mediciones de la Comisión Nacional del Agua.
La culpa de la tragedia es de Tlaloc.
Reseñar la tragedia quizá no resuelva la urgencia. No. Podría ser un ejercicio vacuo que nadie atenderá ante la urgencia primero de sobrevivir al lodazal que asfixia casas y vidas y de recomponer los pedazos rotos de la memoria en el día a día que busca la restablecer en cada palada de lodo echada fuera de las viviendas, la normalidad, la rutina.
Prevalece la obligatoriedad moral —aunque sea un contrasentido porque la moral es conducta interna no sancionada por la convencionalidad social de la norma jurídica que sí tiene dientes—, comparada como un llamado a misa o al culto religioso.
Si no se asiste, sólo queda en el limbo de la propia conciencia.
Si se asiste, quedará solo en el gozo interno de cada uno.
El testigo hemerográfico debiera servir para planificar la prevención ante los desastres naturales.
No se puede contra la naturaleza, pero sí paliar los daños, administrar el desastre.
Después de salirse de madre, los ríos vuelven a la normalidad, en repetición filosófica de que nadie se baña dos vece en un mismo río porque ni el agua ni el individuo son los mismos.
Así pasa cuando los ríos regresan a su cauce. Ya nada será igual. Los dislates, actitudes, declaraciones, las formas que son fondo en el ejercicio gubernamental que se quedan ahí, fraguados en la conciencia un colectivo iracundo ahora, triste después sobre la otra historia que se viviera si se hubiese avisado con tiempo del desbordamiento inminente.
En este carrusel de mezquindades, donde los zopilotes se aprovechan de la tragedia por las inundaciones, según narrativa de la presidenta Claudia Sheinbaum, los yerros y las responsabilidades van emergiendo con el paso de los días.
En este río revuelto, Fernando «El Pulpo» Remes Garza, alcalde morenista de Poza Rica, cuyo mérito principal fue el haber ‘macaneado’ pelotas de beisbol con su padrino político Andrés Manuel López Obrador, ha escalado en el manejo informativo por no concluir un muro de contención de las aguas del rio Cazones.
«Que me metan a la cárcel», dijo —quizá premonitoriamente— el acalde al admitir el robo de dinero de muro del río Cazones en el ejercicio 2023.
«Se lo fregaron» dijo «El Pulpo» al anunciar que la obra quedó inconclusa.
Por cierto, según la RAE, ‘macanear’ también significa, más allá del lenguaje de la pelota caliente, «decir mentiras o desatinos».
Cuidado, en política pura y dura, los paganos siempre son los más débiles, en aplicación a rajatabla de «la pita se rompe por lo más delgado».
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dijo en el marco de La Mañanera que se revisará qué ocurrió con la construcción del muro de contención del río Cazones, del kilómetro 0+000 al kilómetro 1+600, entre los puentes Cazones 1 y Cazones 2, obra que fue pagada con un presupuesto inicial de 14 millones de pesos, pero que el propio alcalde reconoció que solo se hizo en un 10 por ciento.
El primer respondiente es el alcalde.
Las familias de una treintena de victimas fatales esperan que se aplique la justicia.
Mezquino sería soslayar la tragedia.
En el zopiloteo analítico, algunos opinócratas, hermeneutas y aprendices de Mandrakes también enlistan en el saldo de los damnificados a la única sobreviviente oficial del cuitlahuismo, Guadalupe Osorno Maldonado, titular repetidora de la Secretaría de Protección Civil en el Gobierno Estatal porque no movilizó los protocolos de prevención en la zona de Poza Rica-Tihuatlán-Ilamatlán-Álamo.
Se le nota agotada a la funcionaria. Luce ojeras pronunciadas y se muestra ausente en las reuniones de trabajo.
Al interior de la SPC la rumorología hierve.
En el trabajo periodístico se conoce como entrevistas banqueteras cuando el reportero aborda al trote a un funcionario o fuente informativa oficial.
Carolina Ocampo Hagmahier abordó a la gobernadora Nahle cuando ésta iba de prisa a una reunión urgente en la atención de la tragedia en la zona norte.
—Gobernadora, buenas tardes, ¿sobre la renovación del seguro catastrófico, que nos podría decir? — lanzó la reportera.
En el chacaleo posterior, la reportera obtuvo una respuesta, noticia, necesariamente por el origen de la fuente.
—Quiero decirles algo, esto no es cuestión de dinero, ese no es el problema— soltó la titular del ejecutivo antes de entrar a reunión con mandos militares y navales.
A las 12:41 horas de este miércoles 15 de octubre, la propia gobernadora Nahle repitió nuevamente en sus redes sociales que «no es un tema de dinero. Tenemos todos los recursos disponibles para apoyar a nuestra gente en Poza Rica, Álamo y en todas las comunidades afectadas».
«Cuando fue el huracán Grace, el gobierno del estado pagaba 150 millones de pesos por ese seguro y cuando fue el huracán Grace solamente (las aseguradoras) les retornaron solamente 25 millones, nosotros cuando llegamos, decidimos hacer un fideicomiso para seguridad social de los trabajadores del estado y para cualquier emergencia, no es un tema de dinero», respondió al micrófono de Nmás, la plataforma de noticieros de Televisa, al hablar de la Aseguradora Veracruzana de Servicios Integrales (AVSI) de reciente creación.
Los resquicios de la desinformación son llenados con la declaración de quien conduce el destino público de Veracruz.
… del mismo costal.
Y este universo donde giran héroes y villanos flotan a botepronto, como en toda tragedia humana, las estampas periodísticas que retratan la actuación de hombres y mujeres que se agencian —involuntariamente— liderazgos espontáneos, con actos que transitan en la virtuosa esfera del heroísmo, se reflejan en la labor periodística emanada de lo puramente social.
En la madrugada en que Poza Rica, en el norte de Veracruz, enfrentó el desbordamiento del río Cazones, Jesús Escamilla—don Chuy—, trabajador de Pemex, activó la alarma de emergencia y permitió a cientos de familias evacuar a tiempo, evitando una tragedia mayor.
Don Chuy es hoy el héroe viral de Poza Rica, porque su acción del 10 de octubre de 2025, alrededor de las 05:10 horas, salvó muchas vidas ante el crecimiento del nivel del río Cazones que superó los registros conocidos debido a las intensas lluvias que afectaron a Veracruz y otros estados.
Hay candidato a la medalla Heberto Castillo Martínez.
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La otra noticia que nos devolvió la capacidad de asombro fue el hallazgo que un grupo de pescadores alvaradeños hicieron mar adentro del restaurante flotante ‘El Atracadero’ que servía pescados y mariscos bamboleándose en el río Tuxpan hasta antes de la tormenta que lo sacó a mar abierto.
‘El Atracadero’ era un restaurante muy popular en Veracruz, fue fundado en el año 1979 y ofreció una variada carta de productos del mar a sus clientes en la zona del bulevar Reyes Heroles en Tuxpan, hasta que fue arrancado de su anclaje por la fuerza de la corriente.
Cinco días después de ‘zarpar’ del Puerto de Tuxpan, el chalé de madera con pórtico que albergaba una pequeña lancha de fibra de vidrio, navegó plácidamente 340 kilómetros o 183 millas náuticas, la distancia entre ambos puertos, hasta ser abordado por los pescadores.
Una estampa de realismo mágico entre tantas noticias malas en este octubre catastrófico.
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Noticia es también el consenso alcanzado en la sexagésima séptima legislatura, donde diputadas y diputados aceptaron donar un mes de dieta salarial para apoyar en los trabajos de recuperación de la zona norte.
El maestro Esteban Bautista Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política y pastor de los morenos, logró sentar a la mesa a los abajo firmantes del acuerdo, por el PVEM, Carlos Marcelo Ruiz Sánchez; Enrique Cambranis Torres, coordinador de la bancada del PAN; por la mini bancada mista Veracruz nos Une, Montserrat Ortega Ruiz, así como los legisladores del PT, Ramón Díaz Ávila y de MC, Adrián Sigfrido Ávila Estrada.
Bien por los legisladores que retornan en beneficio directo un poco de bienestar a los veracruzanos en desgracia.
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