Desde el Café
Siempre librarán la cárcel
Bernardo Gutiérrez Parra
Un Atlas de Riesgos es un tambache así de choncho plagado de cientos de hojas, fotos, estadísticas y mapas que nomás de verlo dan hueva. En la elaboración de este documento trabaja personal especializado de la Secretaría de Gobernación, del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), de entidades de Protección Civil y de instituciones académicas y empresas privadas.
A pesar de que existe un Atlas Nacional de Riesgos, cada estado y municipio tienen la obligación de elaborar el suyo para saber de primera mano, los sitios propensos a riesgos naturales.
En junio del 2023 fue presentado el Atlas de Riesgos de Poza Rica, un documento de 140 páginas donde se señala a las inundaciones repentinas, como el riesgo más alto en el municipio.
El periodista Héctor de Mauleón, dijo en su columna del martes que ese Atlas de Riesgos advirtió que más de cien mil habitantes, en su mayoría de escasos recursos, se hallaban en riesgo frente a la alta probabilidad de ocurrencia de lluvias extraordinarias. De acuerdo con el cálculo, basado en estudios geológicos e hidrometeorológicos, existía el peligro de que de cada 10 días con lluvia, uno estuviera marcado por lluvias extremas que inundarían la cabecera municipal o grandes porciones de esta.
Y eso fue exactamente lo que sucedió.
De Mauleón agrega: “Para mitigar los riesgos, el Atlas recomendó la construcción de un muro de contención en el margen derecho del Río Cazones, en especial en los puentes Cazones 1, Cazones 2 y La Quebradora, así como en una serie de calles estratégicas. Y se recomendó el desazolve de arroyos, entre otras obras de saneamiento.
“El Atlas pintó Poza Rica entera de rojo. Advirtió la probabilidad de que un desastre de esta naturaleza ocurriera en el municipio en ciclos de retorno de dos, 10 y 50 años.
“En junio de 2023 el documento fue registrado ante Conapred. Y se enviaron oficios a la Federación para solicitar recursos de manera urgente: 270 millones de pesos que nunca llegaron”.
Es decir, desde hace dos años el Atlas de Riesgos estuvo gritando desde sus páginas ¡Aguas que vienen lluvias intensas!, ¡Aguas porque se van a inundar decenas de municipios del norte del estado! y nadie hizo caso.
Aunque no hay una prueba de ello, se especula que la víspera de la inundación el alcalde de Poza Rica, Fernando Remes, se guardó en la bolsa de su guayabera el boletín de Conagua que advertía sobre la inminente catástrofe y no lo dio a conocer. Y de seguro lo mismo hizo la titular de Protección Civil en Veracruz, la antropóloga y maestra en Letras Mexicanas, Guadalupe Osorno.
La inundación agarró dormidos a los pozarricenses porque nadie los alertó. “No tuvimos tiempo de nada, sólo de agarrar a nuestros pequeños y salir corriendo de nuestras casas. La única alarma que sonó fue la de la refinería, pero eso fue cerca de las seis de la mañana, cuando toda la ciudad estaba bajo el agua”.
Durante su visita a Poza Rica, la presidenta Sheinbaum dijo que nadie quedará desamparado, pero eso es sólo un buen deseo. Los habitantes de la zona norte estuvieron desamparados desde junio del 2023 por López Obrador, el presidente humanista.
Desde su mañanera Claudia calificó de “ruín” que se quiera buscar culpables (en estos momentos en que debemos concentrar todo nuestro esfuerzo en ayudar a las personas que resultaron afectadas), cuando ruin fue la displicencia, irresponsabilidad y valemadrismo de varias autoridades, entre ellas el alcalde Remes y la señora Guadalupe Osorno.
Pero no pasará nada con ellos, nadie será responsable de los muertos, desaparecidos, pérdidas materiales y devastación.
En este país de Dios ya puedes cometer el crimen o el atraco más grande, que mientras seas de la 4T, siempre librarás la cárcel.
bernagup28@gmail.com