Hora cero
Poza Rica, en el lodo; Gutiérrez Luna, en el baile
Luis Alberto Romero
Mientras el norte de Veracruz enfrenta una de las tragedias más severas de los últimos años, con comunidades enteras bajo el agua y familias que lo perdieron todo, algunos políticos parecen vivir en una realidad paralela, más cercana a la frivolidad que al compromiso.
De acuerdo con el más reciente reporte del Gobierno de México, Veracruz es el estado más afectado por las lluvias extraordinarias que causaron destrozos también en Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí.
Hasta el 20 de octubre, 34 personas habían fallecido y 18 permanecían desaparecidas en territorio veracruzano. Más de 48 mil viviendas resultaron dañadas, 31 localidades siguen con caminos interrumpidos y miles de familias dependen aún de los puentes aéreos de auxilio establecidos por las Fuerzas Armadas y Protección Civil.
Las cifras hablan por sí solas: más de 293 mil despensas distribuidas, 93 mil consultas médicas brindadas y 964 escuelas con daños. En Poza Rica, Álamo, El Higo e Ixhuatlán de Madero, la tragedia no es estadística, sino humana. Es la desesperación de quien ve su casa arrasada, sus pertenencias perdidas, su vida interrumpida por el agua y el lodo.
Y, sin embargo, en medio de esa emergencia nacional, el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna prefirió bailar.
Mientras los helicópteros trasladaban víveres y los cuerpos de rescate sacaban a familias atrapadas, el legislador veracruzano fue captado participando alegremente en el homenaje que la Cámara de Diputados rindió a La Sonora Santanera, con música, aplausos y baile incluidos. El hecho fue documentado por medios nacionales, que mostraron el contraste entre el júbilo en San Lázaro y el drama en la zona norte de Veracruz.
No se trata de negar el valor cultural de la música ni de cuestionar los reconocimientos institucionales; se trata de entender el momento histórico. Veracruz no necesita diputados que bailen, sino que caminen entre el lodo, que vean de frente a las familias que lo han perdido todo y que representen, con dignidad y presencia, la voz de quienes hoy claman ayuda.
Mientras la gobernadora Rocío Nahle y dependencias federales como la CFE, Conagua, Sedena y Marina trabajan sin descanso para restablecer servicios, limpiar calles y reconstruir caminos, otros, como Gutiérrez Luna, parecen más preocupados por mantener reflectores y redes sociales activas.
En política, las ausencias también pesan. La del diputado veracruzano llama la atención, porque la tragedia exige solidaridad, no espectáculo.
La representación popular implica empatía, compromiso y trabajo; no fotos en alfombras rojas ni aplausos a ritmo música tropical.
La emergencia en el norte de Veracruz no admite frivolidades. Cada litro de agua retirada, cada puente reconstruido, cada despensa entregada, es un recordatorio de que el poder debe usarse para servir, no para brillar, porque mientras unos luchan contra el lodo, otros parecen felices bailando.
Si hubiera campañas políticas, Gutiérrez Luna se haría presente en Veracruz, como cuando buscó la candidatura de Morena a la gubernatura del Estado; sin embargo, en el desastre provocado por las lluvias e inundaciones en la zona norte, su ausencia fue evidente; y su baile lo pintó como es.
@luisromero85