Más del 50% de negocios en Veracruz cierra antes de los cinco años: INEGI

Juan David Castilla

La economía veracruzana enfrenta un persistente desafío ante la corta esperanza de vida de sus empresas, una situación que pone en alerta al sector productivo y a las autoridades.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y reportes de cámaras empresariales, más de la mitad de las nuevas micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMEs) en la entidad no logra sobrevivir más allá de sus primeros cinco años de operación.

La esperanza de vida promedio de un negocio en Veracruz se sitúa en 7.4 años, una cifra que se mantiene por debajo del promedio nacional, según las últimas mediciones disponibles.

No obstante, el panorama es aún más sombrío para los nuevos emprendimientos, pues los líderes empresariales estiman que entre el 50 y el 75 por ciento de estos fracasan y cierran antes de cumplir el lustro.

El cierre de estas unidades económicas no obedece a una única causa, sino a una compleja combinación de factores internos y externos. Entre los principales desafíos se encuentran las dificultades financieras iniciales, como la imposibilidad de sostener el pago de impuestos, salarios y seguridad social.

Aunado a esto, las organizaciones empresariales señalan la falta de planeación como un factor determinante. Muchos emprendedores inician sin un plan de negocios sólido o un estudio de mercado adecuado, lo que los deja vulnerables a las fluctuaciones económicas.

Los factores de inseguridad y costos operativos también ejercen una presión considerable. De acuerdo con el INEGI, la inseguridad pública y la corrupción son señaladas como las principales problemáticas por una porción significativa de las unidades económicas más pequeñas.

En el sector industrial, la situación también ha generado preocupación. Recientemente, se reportó el cierre de al menos cinco industrias solo en la zona portuaria de Veracruz, lo que resultó en la pérdida de más de 200 empleos directos.

Expertos y líderes de cámaras hacen un llamado a fortalecer la capacitación financiera y el acceso a esquemas de financiamiento accesibles para las MIPyMEs.

El reto para el gobierno y el sector privado es coordinar estrategias que no solo fomenten la apertura de nuevos negocios, sino que también aseguren su supervivencia a largo plazo, revirtiendo así la tendencia de la corta vida empresarial en el estado.