Juan David Castilla
A 17 días de las intensas lluvias y desbordamientos de ríos que afectaron el norte de Veracruz, el Gobierno del Estado informó que ocho personas aún permanecen en calidad de «no localizadas». Las autoridades estatales han intensificado los operativos de búsqueda, desplegando binomios caninos especializados en la zona serrana.
Según el reporte oficial, las personas no localizadas se concentran principalmente en el municipio de Ilamatlán, donde se busca a cuatro mujeres, entre ellas una maestra y su hija, además de otras dos mujeres.
También existen reportes pendientes de localización en los municipios de Poza Rica y Espinal, los cuales sufrieron graves afectaciones por la crecida de los afluentes el pasado 10 de octubre.
La tragedia dejó un saldo de 38 municipios afectados en la entidad, con un registro de más de 56 mil viviendas con algún tipo de daño. Las autoridades revelaron que 58 localidades quedaron aisladas inicialmente, de las cuales aún 12 comunidades permanecen sin acceso terrestre.
Para atender a las poblaciones incomunicadas de la sierra, principalmente en Huayacocotla, Zontecomatlán, Ilamatlán y Texcatepec, se mantiene un puente aéreo permanente. Este operativo se enfoca en trasladar víveres, medicamentos, vacunas y personal médico para garantizar la atención humanitaria.
En el sector educativo, las autoridades destacaron un avance del 70.8 por ciento en la rehabilitación de escuelas. De los 489 planteles que resultaron dañados, 346 ya han recibido atención. Sin embargo, en ocho municipios las clases permanecen suspendidas temporalmente debido a las labores de limpieza y reparación necesarias para garantizar el regreso seguro a las aulas.
El Gobierno del Estado subrayó que mantiene un despliegue integral de apoyo alimentario y reconstrucción de infraestructura básica, trabajando en estrecha coordinación con el Gobierno de México, autoridades municipales y la ciudadanía afectada para acelerar la recuperación de la zona.
CRISIS SANITARIA EN POZA RICA
La ciudad petrolera de Poza Rica continúa sumida en labores de limpieza que, si bien son intensas, han comenzado a generar nuevos problemas sanitarios entre los miles de damnificados. Vecinos, autoridades y voluntarios trabajan arduamente para retirar el lodo y los desechos acumulados en calles, viviendas, comercios y en la Central de Abastos, pero la magnitud del desastre supera los esfuerzos.
La situación se mantiene crítica en colonias como Morelos, 27 de septiembre, Ignacio de la Llave, Las Granjas y Palma Sola, entre otras, donde miles de familias luchan por recuperar sus actividades cotidianas.
El panorama es desolador: las calles y banquetas están marcadas por la pérdida, llenas de colchones, muebles, aparatos electrónicos dañados y vehículos inservibles cubiertos de lodo. Los rostros de los afectados reflejan la tristeza por la pérdida de sus patrimonios, con varias casas que incluso fueron arrancadas desde sus cimientos.
La presencia de olores pestilentes que se esparcen por varios metros agrava la crisis. A pesar del incesante trabajo, las condiciones de insalubridad han comenzado a generar serios malestares de salud entre la población, incluyendo dolor de garganta, fiebre y tos, síntomas asociados a la exposición prolongada a la humedad y residuos contaminados.
La emergencia exige una respuesta urgente, pues muchas familias todavía no pueden dormir en sus casas debido a los daños estructurales y la acumulación de contaminación. Los pobladores hicieron un llamado a las autoridades para que se brinde apoyo integral a los afectados y se intensifiquen los esfuerzos para restaurar la normalidad en la ciudad y mitigar los riesgos sanitarios.


