Juan David Castilla
En el corazón de Naolinco, un Pueblo Mágico del estado de Veracruz, la noche del 1 de noviembre y la madrugada del 2 de noviembre se convierten en un portal, y la voz de sus habitantes, en la llave que lo abre. No es solo el Día de Muertos, es “La Cantada”, una tradición profundamente arraigada que, según Giovanni Barradas, un naolinqueño que participa desde hace 20 años, es la «verdadera raíz» del pueblo.
La tradición se remonta a siglos, con orígenes que él asocia a los cánticos de los monjes evangelizadores, quienes usaron la música para que la gente recordara a sus seres queridos.
La premisa es simple, pero mística: los difuntos tienen el «permiso de visitarnos», y los vivos esperan su llegada para compartir con ellos, por unos minutos, el pan, los alimentos y, sobre todo, la música.
El ritual inicia a las ocho de la noche en el panteón, donde se pide permiso a las almas. El canto comienza en la capilla central y luego se extiende a las tumbas familiares. Pero la noche es larga. La Cantada se prolonga toda la madrugada, recorriendo las calles empedradas.
Los grupos tocan de puerta en puerta, siempre y cuando «las puertas de la gente lo permitan», pues el objetivo es venerar y recordarlos en los altares domésticos.
Giovanni, quien con 35 años lleva veinte cantando, invita a gente de toda la República y extranjeros a «vivir esto». Naolinco es mágico no solo por sus tradiciones, sino por su gente, que es «100% anfitriona para el turismo».
Aunque la mayoría de los visitantes llegan de Xalapa, la afluencia de miles de personas, incluso del extranjero, atestigua la fuerza de esta celebración. Para los naolinqueños, La Cantada es una muestra viva de su identidad, tan importante como su otra gran tradición: la artesanía de piel, con su famosa producción de calzado, chamarras y accesorios.
“Vengan, canten, conozcan su raíz y consuman lo que Naolinco produce”, dice su gente, manteniendo vivos el misticismo y el legado de este Pueblo Mágico veracruzano, ubicado a solo 34 kilómetros de la ciudad de Xalapa, la capital.


