Violencia política, se expande como virus / Yamiri Rodríguez Madrid

La vuelta a Veracruz en un teclazo

Violencia política, se expande como virus

Yamiri Rodríguez Madrid

El asesinato a sangre fría del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, pasará a la historia nacional por ser la gota que derramó el vaso en lo que hace a la violencia política; no es que la vida de un político valga más que la de cualquier ciudadano, sino porque es la muestra clara de que ya nadie está exento del poder criminal.  Desafortunadamente, en este rubro, Veracruz está en los primeros lugares nacionales en incidencia desde hace ya varios años.

Tan solo en la última década, en la entidad, la violencia política se ha intensificado, manifestándose en asesinatos, atentados, amenazas, desapariciones y agresiones contra funcionarios públicos y candidatos a cargos de elección. Figuramos consistentemente entre los estados más afectados por este tipo de violencia, junto con entidades como Oaxaca, Puebla, Guerrero y Michoacán, concentrando casi la mitad de los incidentes a nivel nacional.  En este proceso electoral fuimos el segundo lugar nacional en violencia electoral durante las campañas municipales.

Cabe destacar que este tipo de violencia se focaliza en el ámbito municipal, pues más del 80% de las víctimas a nivel nacional ocupaban (o aspiraban a) cargos municipales, lo cual concuerda con el patrón veracruzano donde presidentes municipales, ex alcaldes, regidores y candidatos locales han sido los blancos principales.

Entre los casos más emblemáticos está el de Florisel Ríos Delfín, presidenta municipal de Jamapa (PRD). Fue secuestrada y asesinada el 11 de noviembre de 2020; su cuerpo apareció con impactos de bala en un camino rural. Ríos había denunciado amenazas previamente y su homicidio generó críticas hacia la protección brindada a autoridades locales.

Gladys Merlín, ex diputada local y ex alcaldesa (PRI), y su hija Carla, quien aspiraba a la alcaldía de Cosoleacaque, fueron asesinadas a balazos el 15 de febrero de 2021 dentro de su domicilio. El doble homicidio conmocionó al estado por tratarse de una familia de larga trayectoria política.

Melquiades Vázquez Lucas, expresidente municipal de La Perla (PAN) y aspirante a retomar el cargo, fue asesinado a tiros en marzo de 2021 en plena preparación de la campaña municipal. Semanas antes, en febrero, también habían asesinado a su hijo Andrés Vázquez.

Otro caso fue el de Remigio “René” Tovar Tovar, candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Cazones. Fue ultimado a tiros la noche del 4 de junio de 2021, 36 horas antes de la elección. Tras los comicios, su jefe de campaña (Omar Ramírez) asumió la presidencia al ganar la planilla de Tovar, pero días después fue detenido como presunto autor intelectual del asesinato.

Benito Aguas Atlahua, diputado federal suplente por Veracruz (PVEM), fue asesinado a tiros el 9 de diciembre de 2024 en el municipio de Zongolica. Aguas Atlahua, había asumido la curul semanas antes tras la licencia del titular.

Germán Anuar Valencia, candidato de la alianza Morena-PVEM a la alcaldía de Coxquihui. fue asesinado a balazos el 29 de abril de este año durante un acto de campaña, cuando un grupo armado atacó a los asistentes. Valencia intentó huir, pero fue alcanzado por los disparos, falleciendo camino al hospital. En el atentado resultaron heridas una docena de personas, incluidos menores de edad.

Yesenia Lara Gutiérrez, candidata de Morena a la alcaldía de Texistepec, fue asesinada el 11 de mayo mientras encabezaba un mitin público, en un ataque transmitido en vivo por redes sociales. Un comando armado abrió fuego contra la candidata y la multitud; Yesenia, de 49 años, murió en el lugar junto a cuatro personas más (asistentes al acto), quedando además al menos dos heridos de gravedad.

Y como estos, desafortunadamente, hay muchos otros casos más que ilustran la magnitud del problema no solo en Veracruz, sino en todo el país; un reto enorme que se cierne ya sobre el proceso del 2027.

@YamiriRodriguez