Hora cero
A un mes de las inundaciones
Luis Alberto Romero
El impacto de las lluvias del pasado 9 de octubre en la zona norte de Veracruz fue tan severo que, a un mes del desastre, aún se reportan afectaciones, especialmente en las comunidades rurales de la Huasteca.
Las precipitaciones provocaron daños incalculables en los sectores agropecuario y comercial; toda la economía del norte veracruzano resintió las consecuencias de las inundaciones. Pero el saldo más doloroso sigue siendo la pérdida de 35 vidas humanas y la desaparición de varias personas.
Municipios como Poza Rica, Álamo Temapache, Ilamatlán, Gutiérrez Zamora y Tuxpan registraron tanto daños materiales como víctimas mortales. A ello se suma la devastación en la infraestructura carretera: caminos destruidos, puentes colapsados y comunidades aisladas que dificultaron las labores de rescate y auxilio.
La respuesta de la Federación y del Gobierno del Estado fue inmediata: primero, en la protección de las familias en riesgo; después, en la distribución de apoyos y la limpieza de zonas afectadas; y, de forma paralela, en la reapertura de caminos y vías de comunicación.
Ha pasado un mes de esos hechos, pero el olor a destrucción aún se respira en el norte de Veracruz.
No se recuerda en esta región una tragedia de tal magnitud, salvo quizá la del huracán Janet en 1955, que dejó decenas de muertos —más de 300, según algunas fuentes— además de severas inundaciones en el norte de Veracruz y Tamaulipas.
A un mes del desastre del 9 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que aún hay comunidades incomunicadas, donde el acceso terrestre sigue siendo imposible. Por ello, continúan los puentes aéreos para el envío de víveres, medicamentos y asistencia médica.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes informó este sábado que prosiguen los trabajos de retiro de material por deslaves y la reconstrucción de puentes, sobre todo en la sierra de Zontecomatlán e Ilamatlán. De las 68 incidencias registradas en caminos alimentadores de la red federal, se atienden seis puntos críticos y 26 puentes dañados, uno de ellos colapsado.
En Ilamatlán, cuatro comunidades permanecen aisladas por el cierre del tramo Ilamatlán–Tenexco.
Las labores de limpieza y apoyo continúan, pero la reconstrucción tardará meses, y la recuperación económica de la región —gravemente golpeada— podría tomar años.
En el norte de Veracruz, la verdadera reconstrucción no dependerá sólo del cemento y del asfalto, sino de la capacidad colectiva para aprender de la tragedia. Fortalecer la prevención, invertir en infraestructura y garantizar la atención continua a las comunidades afectadas será fundamental para evitar que una emergencia natural vuelva a convertirse en catástrofe.
La gobernadora Rocío Nahle ha señalado que para atender la reconstrucción se canalizarán todos los recursos necesarios; y que se levantará al norte veracruzano; sin embargo, hay que recordar que si bien las inundaciones provocaron muerte y enormes daños, la verdadera tragedia en Poza Rica lleva más de una década, con una economía deprimida y elevados niveles de desempleo, consecuencia de la crisis petrolera.
La renovación del PVEM en Veracruz
El relevo en la dirigencia estatal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Veracruz marca el inicio de una nueva etapa para esta fuerza política, que avanza con paso firme hacia el proceso electoral de 2027.
Con Edgar Herrera Lendechy al frente, el Verde busca fortalecer su presencia territorial y consolidarse como una alternativa real de desarrollo social y sustentable en la entidad.
La nueva estructura partidista destaca por su integración plural, en la que destaca la participación de Vania López González, síndica del Ayuntamiento de Córdoba y nueva titular de la Secretaría de la Mujer del Comité Estatal. Su liderazgo en la zona centro del estado representa un activo político importante para el fortalecimiento del partido, sobre todo entre las mujeres y los jóvenes.
De igual manera, llama la atención la inclusión de Luz Elena Rivera Pinete en la Secretaría de Organización; es hija de la extinta diputada federal Maru Pinete, quien dejó un enorme activo político para el partido, particularmente en la zona de la Huasteca veracruzana.
El mensaje de Herrera Lendechy fue claro: el bienestar no es promesa, sino acción y justicia social. La presencia de legisladores federales, diputados locales y alcaldes en funciones y electos durante la Asamblea Estatal de Puente Nacional evidenció la unidad y reorganización interna del partido. Con una estructura renovada, el PVEM apuesta por un trabajo territorial, cercano a la gente y con una agenda centrada en el medio ambiente, la equidad y el bienestar.
@luisromero85



