Jiménez Rojas: ‘huachicolero presupuestal’ de la SEV / Raymundo Jiménez

Jiménez Rojas: ‘huachicolero presupuestal’ de la SEV 

Raymundo Jiménez / Al pie de la letra

Como el rey Midas, David Agustín Jiménez Rojas ha tenido la oportunidad de convertir en oro los puestos públicos que ha ocupado desde que llegó cargando las maletas de Eric Patrocinio Cisneros Burgos, el hombre fuerte que tuvo Rocío Nahle como aliado político en Veracruz hasta a mediados del sexenio pasado.

Sin embargo, dado su bajo nivel profesional y humano, su voracidad y egocentrismo, este funcionario de origen chilango, en su paso por la administración pública veracruzana, todo lo ha echado a perder, dejando una estela nauseabunda.

Así fue en el Registro Público de la Propiedad, en el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI) y ahora en la Subsecretaría de Enseñanza Media Superior y Superior de la SEV. En todos los cargos desempeñados ha destacado por su prepotencia, ufanándose de sus padrinos políticos y protectores, quienes presuntamente le dan licencia para todo.

Inició en el Registro Público de la Propiedad. No tenía experiencia profesional ni política. Nunca atendió, ni por descuido, algún litigio en la abogacía. Ahí, con manga ancha de parte de su entonces jefe, hizo lo que mejor ha sabido hacer: saquear. Se sabe, entre otras cosas, del “cobro de piso” a las 24 oficinas del Registro Público de la Propiedad y del Comercio. Los montos mensuales llegaban a los 5 millones de pesos.

Su paso en esa dependencia fue desastroso. Terminó peleado con todo el personal: funcionarios, notarios, abogados. No le importó porque consiguió lo que quería, llenar las alforjas en despoblado.

Luego, con el apoyo de Esteban Ramírez Zepeta, dirigente estatal de Morena, llegó al Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IVAI). Para entonces, de manera meteórica –que ni Albert Einstein lo hubiera logrado–, el personaje ya presumía cinco Maestrías, dos doctorados y una Estancia Internacional de Desarrollo Directivo que cursó en Madrid, España.

En el IVAI destacó por su arrogancia, carácter violento y estrategia de intrigas y misoginia. Terminó con denuncias, casi a golpes y amenazas que trascendieron hasta los tribunales. Fue el mismo Jiménez Rojas de siempre: un político con falta de oficio y talento, no un burócrata profesional, de carrera.

Al inicio del gobierno de Rocío Nahle –presumiendo por aquí y por allá su vínculo con José Luis Peña Peña, esposo de la mandataria–, David Agustín Jiménez arrancó una campaña mediática en contra del diputado Diego Castañeda Aburto, un joven abogado profesional, ese sí con tablas académicas e intelectuales, que le sirvió bien a la gobernadora en campaña y ahora desde el Congreso local donde preside la Comisión de Justicia, por lo que se le ha venido mencionando como un prospecto viable para la titularidad de la Fiscalía General del Estado, posición que Jiménez Rojas ambiciona.

Para calmar sus ímpetus, fue enviado como Subsecretario de Educación Media Superior y Superior a la SEV, donde en lugar de sumarse al proyecto educativo de la gobernadora se ha dedicado a grillar, espiar, confrontar y boicotear a la Secretaria Claudia Tello.

Confiado en sus amigos de bohemia, David Agustín se ha aplicado a minar la institución educativa, sin darse cuenta que a quien realmente daña no es a la maestra Tello Espinosa sino a la titular del Poder Ejecutivo, su jefa política y líder del proyecto de la Cuarta Transformación en Veracruz. El ambicioso y mesiánico personaje parece olvidar que los colaboradores deben ayudar a gobernar, no a desestabilizar.

Los cargos públicos son para contribuir a la paz social y política, no para generar conflictos que vulneran la gobernabilidad. Personajes como Jiménez Rojas, sin oficio político, talento, capacidad ni lealtad, y que nunca ha trabajado como abogado ni empresario, se ha convertido en un pesado lastre para la administración de Nahle.

En esta vorágine de locura, ahora cree que puede ser titular de la SEV, apostándole a que la senadora con licencia bien puede regresar a su escaño, que ganó con el respaldo de 2 millones 250 mil votantes veracruzanos. En su loca imaginación, David Agustín cree que la puede borrar de un plumazo, por así convenir a sus intereses. No cabe duda que este personaje no tiene ni la menor idea de lo que vocifera a diestra y siniestra.

Para ganarse la confianza de la gobernadora, Jiménez Rojas debería ponerse a trabajar y no seguir manteniendo la red de “aviadores” que no la tuvo ni Obama y que impuso a su llegada, lo mismo en el Colegio de Bachilleres del Estado de Veracruz (COBAEV) que en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) o el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Veracruz (CECyTEV), dependencias en las que se ha dado vida con el “huachicol presupuestal”.

El tema da para más, pero de momento convendría investigar: ¿Por qué ha descendido el índice de aprovechamiento escolar en el COBAEV? ¿De quién son los negocios de venta de libros y cursos que no se dan en el CONALEP? ¿Y en qué dependencias tiene “aviadores”, desde hace muchos años, el propio Subsecretario que en el sexenio pasado estuvo muy cerca también del ex titular de la SEV, Zenyazen Escobar, actual diputado federal de Morena? Son sólo preguntas.