Redacción
Bravucón, iracundo y adicto al reflector, así es el diputado Héctor Yunes Landa, quien nuevamente hizo show en el Congreso de Veracruz.
Cada día que pasa se le observa más intolerante y fuera de sí; ahora, en plena comparecencia increpó al secretario de Finanzas, Miguel Reyes Hernández, mientras éste rendía cuentas sobre el estado que guarda la administración pública estatal.
Yunes no soportó que a Veracruz le vaya bien en sus finanzas, ni que la gobernadora Rocío Nahle haya acabado con la deuda de las y los veracruzanos, por cierto, contraída durante los gobiernos priistas y panistas.
Por ejemplo, la deuda con el SAT –por no llamarle defraudación fiscal que ni Yunes pudo liquidar– ha sido cubierto en su totalidad por el gobierno de Nahle García.
Reyes dijo que también se le abonó y está por liquidarse la deuda con el ISSSTE y, más aún, el estado cuenta con finanzas sólidas para seguir atendiendo a los veracruzanos en tiempos de contingencia.
Escuchar lo anterior enloqueció a Héctor que no pudo controlar sus impulsos y, bajo el pretexto de querer defender a otra diputada panista –a quien se le recuerda por sus carpetas y expedientes en Sedesol cuando fue titular–, Yunes amenazó directo al Secretario de Finanzas, sin embargo el funcionario serio y prudente guardó la calma para no caer en la provocación del priista plurinominal
Ya encarrerado gritó a media sala y luego salió fuera de control se retiró iracundo y amagó a mentadas de madre a un colaborador del Congreso.
Así es Héctor Yunes Landa cuando pierde el control, pero más aún cuando pierde sus privilegios y negocios.
Resulta evidente que su carrera política está en decadencia y lo sabe, huele a que las pluris se están acabando para él y su familia.
