Un sistema de salud enfocado en prevención y cercanía / Hora cero

Hora cero

Un sistema de salud enfocado en prevención y cercanía

Luis Alberto Romero

La comparecencia del secretario de Salud de Veracruz, Valentín Herrera Alarcón, ante el Congreso local, ofreció una radiografía puntual del rumbo que la administración estatal pretende imprimir al sector en este primer.

Su mensaje, lejos de centrarse en triunfalismos, se enfocó en destacar un principio rector: la salud como un derecho y no como un privilegio.

Herrera Alarcón recordó a los diputados que la tarea emprendida desde diciembre de 2024 comenzó, por instrucciones de la gobernadora Rocío Nahle, con el objetivo de fortalecer un sistema que acompañe a las personas antes de que enfermen, impulse la prevención y garantice atención primaria digna, especialmente en comunidades rurales o históricamente marginadas.

Esta línea de acción, subrayó el secretario, no es un gasto, sino “la inversión más inteligente que puede hacer un gobierno”, porque evita hospitalizaciones y acerca la salud a donde más se necesita.

Uno de los elementos más destacados de su intervención fue la defensa del principio de gratuidad en los servicios, un componente que, dijo, ha sido “uno de los más transformadores del sector”. En ese sentido, señaló que el compromiso con el abasto de medicamentos, la dignificación de la infraestructura y la mejora de la atención es una tarea permanente, no un objetivo ya cumplido.

El funcionario también destacó los avances logrados en coordinación institucional y reconoció el trabajo del personal médico, de enfermería, administrativo y operativo. Su mensaje fue claro: ninguna transformación sería posible sin quienes, día a día, sostienen los servicios de salud en centros, hospitales y jurisdicciones.

Uno de los programas que más énfasis recibió fue el de “Camionetitas de la Salud”, proyecto impulsado por la gobernadora Rocío Nahle desde el primer mes de su administración. En diciembre —recordó el funcionario— inició el reparto de medicamentos en comunidades que históricamente habían permanecido fuera de la mirada institucional. El impacto del programa fue tal que la presidenta de la República decidió retomarlo para llevarlo a todo el país, convirtiendo a Veracruz en ejemplo nacional.

Si bien Herrera Alarcón reconoció que aún falta camino para garantizar mayores niveles de bienestar, insistió en que el sistema de salud veracruzano ya muestra un “nuevo rostro”. La transformación, afirmó, no sólo se mide en obras o programas, sino en la incorporación de una visión centrada en el ser humano, donde las políticas públicas no se diseñen para estadísticas, sino para mejorar la calidad de vida de la población.

Un punto relevante de su intervención fue el llamado a los legisladores para recorrer juntos los hospitales, centros de salud y unidades móviles. La invitación no fue retórica, sino un reconocimiento a la necesidad de deliberación pública y corresponsabilidad entre poderes para dar seguimiento y fortalecer lo que ya se ha avanzado.

En un ambiente político que suele privilegiar la confrontación, la comparecencia de Herrera Alarcón se desarrolló en un tono institucional, donde el énfasis estuvo puesto en la continuidad del trabajo, la cooperación y el enfoque social del sistema de salud.

Veracruz aún enfrenta retos importantes, como cualquier entidad del país, pero la estrategia delineada por la gobernadora apunta a un principio esencial: proteger la salud para garantizar que cada persona ejerza su derecho a una vida plena y saludable.

 

Sheinbaum y Nahle frente al reto de la justicia

La coincidencia entre el proyecto nacional que encabeza Claudia Sheinbaum y la estrategia estatal impulsada por Rocío Nahle no es casualidad ni retórica política: ambas gobernantes comparten una formación en la izquierda; entienden el ejercicio público como una responsabilidad histórica; y han asumido sus cargos con la convicción de corregir inercias que durante años minaron la confianza ciudadana.

Su llegada a los espacios de mayor responsabilidad, además de romper techos de cristal, está marcando un estilo de gobierno basado en decisiones firmes, ajustes institucionales y resultados visibles.

En Veracruz, esta visión tomó forma esta semana con la aprobación de reformas constitucionales que transforman el modelo de designación y duración en el cargo del titular de la Fiscalía General del Estado.

El cambio, respaldado por una amplia mayoría legislativa, permitirá que el Ejecutivo proponga y el Congreso ratifique a quien encabece la procuración de justicia por un periodo de cuatro años, con posibilidad de continuidad. Es un rediseño que busca dar dinamismo a una institución que arrastraba enormes rezagos y fuertes cuestionamientos.

A nivel federal, el relevo en la Fiscalía General de la República generó un reacomodo similar. La salida de Alejandro Gertz Manero abrió un proceso que obliga al Senado a depurar perfiles, construir consensos y enviar a la presidencia una terna de aspirantes. El procedimiento, aunque complejo, también refleja un replanteamiento sobre el papel de la Fiscalía en un país que exige resultados concretos en materia de justicia.

Lo que ocurre en ambos niveles de gobierno revela un mismo pulso político: la determinación de Sheinbaum y Nahle de enfrentar la impunidad no sólo con discursos, sino mediante ajustes institucionales y decisiones de fondo.

Son liderazgos que provienen de la misma tradición política, que entienden la procuración de justicia como pieza importante del sistema democrático y que están dispuestas a asumir los costos de mover estructuras históricamente rígidas.

Si algo está quedando claro en este primer año de administración es que ambas mandatarias gobiernan con una brújula compartida: resultados, eficacia y voluntad para transformar aquello que, por demasiado tiempo, se dijo que no podía cambiar.

@luisromero85