Juan David Castilla
Una mujer identificada como Araceli, originaria de la localidad de Tenexpanoya, en la zona central montañosa del estado de Veracruz, fue encontrada sin vida tras caer por un acantilado conocido como “El Campanario”, una barranca con una profundidad aproximada de 250 metros.
La víctima había sido reportada como desaparecida el pasado sábado 29 de noviembre. De manera preliminar, se informó que en días previos, la mujer presentaba un cuadro de depresión y consumía alcohol, lo que pudo haber provocado la caída fatal.
Fueron sus familiares quienes localizaron el cuerpo la mañana del domingo al fondo del barranco. Para las labores de recuperación, se requirió la intervención de nueve elementos del Escuadrón Nacional de Rescate, junto con personal de la Policía Ministerial y Servicios Periciales.
Los rescatistas explicaron que la extracción fue una maniobra de alto riesgo que requirió el uso de cuerdas debido a las difíciles condiciones del terreno.
Debido a la gran profundidad, fue necesario rodear el acantilado para poder acceder al punto exacto del cuerpo. El área quedó asegurada por personal ministerial para iniciar la carpeta de investigación y el posterior traslado del cuerpo al servicio médico forense.
Hasta el momento, el Ayuntamiento de Tatatila no ha emitido ninguna declaración o comunicado oficial que confirme la instalación inmediata de nuevas medidas de seguridad, como cercas o señalizaciones específicas, en el acantilado conocido como El Campanario, tras el reciente fallecimiento de la mujer en el sitio.
La tragedia ocurrió en un punto geográfico de alto riesgo con una caída de aproximadamente 250 metros de profundidad. Si bien el municipio cuenta con un Reglamento de Protección Civil y Reducción del Riesgo de Desastres que enfatiza las políticas de prevención y la ampliación de la capacidad de respuesta ante situaciones de inseguridad y catástrofes, no se ha anunciado una acción específica dirigida a mitigar el peligro en este barranco en particular.
La falta de un anuncio oficial muestra que, por el momento, no hay planes públicos inmediatos para modificar o asegurar la zona, manteniendo el riesgo inherente al paisaje de la localidad.



