Juan David Castilla
La invasión ilegal de terrenos se ha mantiene como un problema constante en Veracruz, donde se han denunciado múltiples casos, desde la invasión de ranchos en el norte hasta de áreas verdes en la capital.
El caso más crítico se documentó en Álamo Temapache, donde unas 120 familias invadieron 22 hectáreas del rancho «Chapopote Núñez».
La situación escaló rápidamente, con los invasores presuntamente vendiendo lotes por hasta 10 mil pesos. A pesar de la promesa de desalojo del Secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil, las acciones legales se vieron postergadas, lo que permitió a los ocupantes consolidar su presencia e incluso amenazar con tomar predios adicionales.
En el Puerto de Veracruz, el problema se mantiene sin solución en al menos tres predios (como en Albatros y el Km 13 1/2), según el Instituto Municipal de la Vivienda (INMUVI).
La instancia municipal ha destacado la falta de coordinación entre las instancias judiciales y el gobierno como el principal freno para ejecutar los desalojos necesarios.
Asimismo, la capital del estado no ha quedado exenta. En Xalapa, vecinos de El Tronconal bloquearon el Circuito Arco Sur para exigir justicia por la invasión de un terreno de tres hectáreas, reflejando el hartazgo ciudadano ante la lentitud de los procesos legales.
Los expertos señalan que estas invasiones no solo constituyen el delito de despojo, sino que también generan un severo problema social, pues los asentamientos irregulares carecen de servicios básicos como agua, drenaje y electricidad, afectando la calidad de vida de las familias y la planeación urbana del estado.
