Hora cero
Los datos de la pobreza laboral en Veracruz
Luis Alberto Romero
Los datos más recientes del INEGI sobre pobreza laboral confirman una tendencia que debería encender los focos de alerta en Veracruz: mientras que la mayoría del país logró reducir este indicador en el último año, la entidad veracruzana avanzó en sentido contrario. En el tercer trimestre de 2025, la pobreza laboral en Veracruz pasó de 46.8% a 49.9%, un incremento de 3.1 puntos porcentuales, lo que coloca al estado como el segundo con mayor deterioro en esta materia, solo por debajo de San Luis Potosí.
Este indicador, que mide la proporción de la población cuyo ingreso laboral no alcanza para adquirir la canasta alimentaria, es uno de los más importantes en la medición del bienestar económico real de las personas.
Que prácticamente la mitad de la población ocupada en Veracruz no cuente con ingresos suficientes para alimentarse revela un problema grave, dado que el mercado laboral no presenta condiciones para generar empleos formales y dignos.
El problema no termina ahí. Veracruz también registró una de las mayores caídas del país en el ingreso laboral real per cápita: un desplome de 6.7%, al pasar de 2,431.86 a 2,269.11 pesos mensuales.
La entidad es, después de San Luis Potosí y el Estado de México, el tercer estado donde más se deterioró el poder adquisitivo de la población. Esto quiere decir que no solo hay más veracruzanos en pobreza laboral, sino que quienes ya estaban en desventaja ahora cuentan con menos recursos reales para subsistir.
La situación es aún más compleja cuando se examinan las diferencias por género y sector económico. Mientras el ingreso de los hombres creció ligeramente (1.1%), el de las mujeres cayó 3.9%, profundizando las brechas de desigualdad en un estado donde la participación femenina en el mercado laboral ya es, de por sí, limitada.
Este deterioro no puede entenderse únicamente como un tema de estadística, porque encierra también baja productividad, informalidad, debilidad en algunos sectores, falta de diversificación económica y un rezago histórico en infraestructura y competitividad. A ello se suma la precariedad de buena parte del empleo generado en las zonas rurales, donde también se concentran altos niveles de marginación.
Es incuestionable que existen proyectos que están llamados a convertirse en detonantes del desarrollo económico en la entidad, como el Polo de Desarrollo Económico de Tuxpan, y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec; sin embargo, Veracruz requiere con urgencia la construcción de un entorno donde las empresas puedan crecer, los trabajadores accedan a mejores salarios y la formalidad deje de ser una excepción.
También es urgente fortalecer la capacitación laboral, la inclusión económica de las mujeres y la movilidad hacia sectores de mayor productividad; porque en este momento, los índices, números fríos, plantean una realidad adversa para Veracruz en materia de empleo y desarrollo económico.
@luisromero85



