Hora cero
PRI, en etapa terminal
Luis Alberto Romero
En los pasillos de la sede del PRI veracruzano comenzaron a circular versiones que apuntan a un relevo en la dirigencia estatal del partido.
Adolfo Ramírez Arana saldría a la dirigencia del comité estatal para dar paso a un interinato y posteriormente a la llegada de la ex alcaldesa de Veracruz, Carolina Gudiño Corro, cuyos mejores años en la actividad política pasaron hace más de una década, cuando fue diputada local y presidenta municipal del Puerto (periodo de 2011 a 2013).
Posterior a esos cargos, la ex edil porteña ha buscado otros cargos públicos, pero la suerte y las condiciones políticas le han sido adversas.
Su más reciente proyecto se registró en las elecciones locales de 2025, cuando fue postulada como candidata del tricolor a la Presidencia Municipal; sólo participó en el proceso para constatar la debilidad de la marca priista; con poco más de 7,600 votos, 5.2% de los sufragios totales, Carolina Gudiño fue relegada a la cuarta posición.
Para ubicar en perspectiva: la votación priista en esta elección equivale al 10% de los sufragios logrados por la candidata de Morena, Rosa María Hernández Espejo.
Tampoco es que el PRI tenga mucho para escoger a la hora de seleccionar a sus dirigentes; el partido se encuentra en el subsuelo político, con un rechazo ciudadano enorme, y etiquetado como una fuerza política que representa la máxima expresión de la corrupción nacional.
En Veracruz, más allá de dos o tres figuras representativas y respetadas en el ambiente político, lo que queda al PRI es poca cosa.
El partido terminó por desdibujarse y sólo se mantiene con una presencia simbólica en el espectro político estatal; en las elecciones municipales de 2025, por ejemplo, su importancia se evaporó: hace más de una década era la fuerza hegemónica; hoy, los poco más de 330,000 votos logrados en el proceso local le ubicaron en el quinto lugar estatal; le superaron Morena, MC, PAN y hasta el PT.
La votación de Morena, por cierto, representa el triple de la lograda por los priistas.
Es una tendencia que lleva años: en el proceso local de 2024, por las diputaciones, el PRI no ganó un solo distrito (el triunfo de Boca del Río es atribuido al PAN), y su votación apenas superó el 9%.
Antes, en 2021, en las elecciones para renovar ayuntamientos, su votación estuvo ligeramente arriba del 11%, pero muy lejos de los punteros.
En cuatro años, entre 2021 a 2025, el PRI perdió gas en Veracruz y en todo el país; su porcentaje fue del 11% a menos del 8% en la entidad; y no es por la operación de sus dirigentes, sino por un desgaste natural y por un descrédito muy fuerte.
En los años recientes, por la dirigencia del partido en la entidad han desfilado Américo Zúñiga, Marlon Ramírez y Adolfo Ramírez; probablemente llegue Carolina Gudiño o cualquier otro; no habrá diferencia, porque esta todo apunta a que esta reducida fuerza política se encuentra en fase terminal.
@luisromero85


