Urgente, investigar a fondo lo que ocurrió en el Tren Interoceánico / Pablo Jair Ortega

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Urgente, investigar a fondo lo que ocurrió en el Tren Interoceánico

@pablojair

La tragedia ocurrida este domingo en Oaxaca debe de investigarse seriamente. El descarrilamiento de un tren no es algo común.

Según lo consultado en diversas fuentes de internet, el tren es uno de los medios de transporte más seguros en el mundo y la mayoría de los descarrilamientos son en trenes de carga.

Cuando Andrés Manuel López Obrador inauguró el recorrido (en diciembre de 2023, a donde acudimos algunos periodistas de Veracruz) se abría una nueva historia para el istmo de Tehuantepec, región que —dicen algunos— debería ser un estado.

Con el inicio de la ruta para pasajeros, se rescataba un medio de transporte para comunicar a una gran parte del país donde viven muchas familias relacionadas con la actividad petrolera y comercial. Por ejemplo, es común ver gente que vive en Minatitlán visite a sus parientes en Juchitán o Matías Romero, porque muchos minatitlecos tienen raíces en Oaxaca y mantienen contacto permanente con sus familiares.

Es decir, a diferencia del Tren Maya que recorre varios puntos turísticos, el Interocéanico vendría siendo un transporte más para miles de personas que se mueven entre Coatzacoalcos y Salina Cruz, que no son propiamente lugares paradisiacos.

Desde su funcionamiento no se había reportado un incidente tan grave. Ahora se reporta el lamentable fallecimiento de 13 que confiaron en este medio para viajar.

La operación y control del ferrocarril Interocéanico depende totalmente de la Secretaría de Marina. Esto ha sido abiertamente criticado por los opositores de siempre a la llamada CuatroTé, argumentando que faltan expertos, aunque tiene una lógica lo dispuesto por AMLO al ordenar el proyecto de esa manera: prefería que el estado tuviera el control total del ferrocarril, no dejándolo caer en manos privadas, que en México se traduce en el tradicional negocio millonario para unos cuantos y corrupción.

Pero el tema no es sólo la administración o la operación, sino que la Marina entró al garete transoceánico por ser un asunto de seguridad nacional, pues esta zona por décadas ha sido paso de contrabando, narcotráfico, de ganado robado, de migrantes indocumentados, por ser un lugar poco vigilado y una perfecta ruta que acorta por mucho el tránsito hacia Estados Unidos.

Por ejemplo, cuando comenzó a construirse el Tren Interocéanico en el pasado sexenio, varios grupos que operan en la zona (vinculados al crimen organizado) trataron de extorsionar o tomar control de la construcción. Uno ligado al CJNG incluso aprovechó el momento para tratar de engañar a la gente diciendo que se trataba de un macro proyecto que incluía un mega aeropuerto en la zona indígena del Uxpanapa y para eso estaban solicitando dinero a alcaldes.

No por nada la entrada de la Marina era necesaria —aunque pareciera que no tuviera relación alguna con trenes— porque no se debe perder de vista lo importante que es esta ruta, destacada hasta en tiempos de Hernán Cortés. La Marina, además de ser de las instituciones más confiables, es la que da la garantía de seguridad.

De cualquier manera, más allá del aprecio al pueblo mexicano a la Marina o de ser un proyecto bendecido por el tlatoani tabasqueño, lo que haya ocurrido en Oaxaca debe de investigarse a fondo y deslindar claramente responsabilidades. Las mismas fuentes consultadas en portales especializados en internet refieren que son poco frecuentes los accidentes de trenes de pasajeros y suelen ser por fallas en la infraestructura (rieles rotos o desgastados), fallas mecánicas (ruedas o ejes), o errores humanos (exceso de velocidad en curvas).

Si bien la Fiscalía General de la República ya anunció que se hará una investigación al respecto, esta debe de ser rápida y concisa; que no quede duda de qué ocurrió en uno de los proyectos más emblemáticos de los recientes años; y eso puede ser desde un grave error humano hasta un posible sabotaje de quienes estén interesados en que el proyecto falle por causas políticas o simplemente para causar daño colateral.

Lo anterior es urgente porque no faltaron los miserables zopilotes carroñeros para lucrar con la tragedia, como el caso de los priistas o el ídolo de la fachiza aspiracionista Ricardo Salinas: que si fue mal construido, que la Marina no sabe de trenes, que las vías estaban mal hechas; ya sabe: toda una bola de “expertos” en tragedias de trenes, aviones, carretas jaladas por mulas o hasta peatonales.

Lamentable lo ocurrido en Oaxaca, en verdad. Un gran abrazo para quienes perdieron a sus familiares, dentro de los cuales hay algunos veracruzanos. Justicia para ellos, paz para sus familias.