Exempleados denuncian despidos, nepotismo y maltrato a ancianos en Asilo Sayago

Juan David Castilla

Un grupo de extrabajadores del Asilo de Ancianos “Mariana Sayago” se manifestó esta mañana en el Parque Juárez de Xalapa para denunciar una serie de graves irregularidades dentro de la institución, que incluyen despidos injustificados, nepotismo, hostigamiento laboral y presuntas afectaciones directas a los residentes adultos mayores.

Seis manifestantes, entre ellos personal de enfermería con años de servicio, expusieron las presuntas irregularidades. Los exempleados señalaron que fueron cesados a finales de agosto bajo el argumento de un supuesto recorte presupuestal.

Sin embargo, acusaron que sus puestos fueron ocupados de inmediato por personal de nuevo ingreso, que presuntamente son familiares y allegados de la actual administración, con salarios superiores, lo que exhibe nepotismo y favoritismo en las contrataciones.

De acuerdo con Trinidad Luna Camacho, exenfermera del asilo, la administración ejerció presión e intimidación contra el personal.

Afirmaron que la administración también ha impuesto personal sin cédula profesional ni experiencia en trato geriátrico, además de presuntos «aviadores», generando deficiencias en la atención al adulto mayor.

El grupo exige la destitución inmediata del equipo directivo y administrativo, señalando directamente a la directora, María Fernanda Beltrán García, y a la administradora, Sara del Rosario Portilla Cano, entre otros.

“Nos trataban con prepotencia, nos intimidaban para que obedeciéramos órdenes aun cuando eran injustas. Dijeron que no había presupuesto, pero contrataron a su gente con mejores salarios”, afirmó.

Alrededor de 15 trabajadores han sido despedidos desde la llegada de la nueva gestión, lo que provocó el desmantelamiento temporal de áreas esenciales para el bienestar de los residentes, como psicología y trabajo social.

Los manifestantes acusan que las decisiones administrativas perjudican la calidad de vida de los adultos mayores al restringir las visitas de familiares, prohibir ciertos alimentos necesarios para su nutrición y mantener un ambiente de intimidación y silencio dentro del asilo.