Campos de cempasúchil en El Guayabo, un nuevo atractivo en Emiliano Zapata

Juan David Castilla

La luz del mediodía en El Guayabo no es blanca, es de un amarillo-naranja incandescente. Se filtra a través de millones de pétalos aterciopelados que cubren la colina en un manto que parece oro líquido bajo el cielo de la región capital del estado de Veracruz.

Este campo de cempasúchil no es solo una siembra, es la promesa palpable de la bienvenida a casa para las almas. Desde la cima, el valle se abre ante los ojos, un lienzo donde el verde intenso de la vegetación se rinde ante esta explosión floral.

En El Guayabo, el corazón de la tierra late con la intensidad de la vida, donde el paseo no tiene costo y los turistas pueden recorrer los senderos.

El campo de cempasúchil está a solo 20 kilómetros de distancia de la ciudad de Xalapa, la capital, cuyo acceso es por la carretera federal Xalapa-Veracruz, como si se viajara con dirección a la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) “La Majahua”.

El aroma, esa mezcla inconfundible de tierra, sol y dulzor cítrico, te envuelve y te ancla a la tradición. El aire vibra con el murmullo de la vida: un escarabajo de caparazón verde reluciente posa sobre la coronilla de una flor, mientras otro, de color oscuro, se alimenta en el néctar de los pétalos.

La labor de la naturaleza es tan esencial como la del agricultor. En el corazón de la plantación, un árbol muerto y descortezado se alza como un mudo guardián, contrastando con la exuberancia de la vida que lo rodea.

En medio del sembradío luce la figura de una catrina elegantemente vestida de negro y blanco, presidiendo el campo con una sonrisa fija. Ella no espanta; parece vigilar el camino, el primer rostro que recibirán los visitantes.

Al pie de la colina, una mariposa monarca revolotea brevemente sobre un camino de tierra, una mensajera alada que parece reconocer el sendero luminoso.

Es el momento perfecto, la flor en su máxima plenitud, a punto de ser cosechada para convertirse en el puente de luz y fragancia que unirá a las familias.