Redacción.
Veracruz, Ver. 30 de octubre de 2025.- En la sesión de Cabildo de este jueves, marcada por la confrontación, la alcaldesa Patricia Lobeira Rodríguez impuso la asignación de 51 nuevas plazas sindicales que benefician con salarios descomunales a sus amigas, allegados y exfuncionarios de confianza.
Aunque el tema central fue precisamente el reclamo de los regidores de oposición por frenar esta entrega irregular, la edil panista culpó al sindicato de decidir los nombramientos, sin embargo, éstos recaen en personas allegadas a ella.
La sospechosa maniobra se originó el 26 de febrero pasado, cuando se aprobó el Contrato Colectivo de Trabajo entre el Ayuntamiento y el Sindicato Único de Empleados y Trabajadores. En ese documento, presentado como un beneficio para empleados con años de servicio, se abrió la puerta a la creación de nuevas plazas que hoy fueron ocupadas por los favoritos del actual gobierno municipal.
Durante la sesión de este 30 de octubre, en el que punto se presentó como informativo, Lobeira Rodríguez reaccionó con soberbia ante los cuestionamientos de los regidores de Morena, quienes exigieron revisar la lista de beneficiarios.
Los ediles de oposición aclararon que en febrero solo se aprobó el contrato colectivo, no la lista de beneficiarios, la cual fue presentada hasta ahora, ya en la recta final de la administración.
“Lobeira utilizó ese acuerdo como pretexto para colar a sus allegados”, denunciaron.
De las 51 plazas, al menos diez fueron asignadas a exdirectores y funcionarios cercanos a Lobeira, con sueldos de entre 40 y 50 mil pesos mensuales, mientras trabajadores con más de 20 años de servicio apenas ganan 10 o 15 mil pesos.
Con esta maniobra, el incremento al gasto corriente se estima entre seis y siete millones de pesos anuales más, dentro de una nómina que ya consume mil 600 millones de un presupuesto total de tres mil 600 millones.
Con una ciudad hundida en el abandono, calles destruidas y servicios colapsados, Patricia Lobeira cierra su administración blindando a los suyos y dejando a Veracruz con una herencia de privilegios, cinismo y un presupuesto hipotecado.
Lobeira se va, pero deja la factura lista para que la pague el pueblo de Veracruz.
 
            