Juan David Castilla
La comunidad de Citlaltépetl, en Álamo, enfrenta una grave crisis ambiental tras el derrame de miles de litros de petróleo crudo proveniente de una fractura en un oleoducto de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Productores de la zona alertan que las labores de limpieza podrían extenderse hasta abril de 2026, prolongando la incertidumbre y el daño ecológico por al menos seis meses.
El incidente, ocurrido la tarde del jueves 16 de octubre, generó una impactante escena: el hidrocarburo, expulsado a alta presión, salió «como fuente y bañó» los sembradíos, dejando un paisaje desolador y renegrido.
La productora Susana Marlén Cortés Hernández relató que el líquido espeso se extendió por hasta 300 metros de distancia, cubriendo vastas áreas de cultivos y cuerpos de agua.
«En su caso, fueron 396 naranjos con al menos diez años de vida, 20 matas de plátano y tres de mango las afectaciones,» detalla la señora Cortés Hernández, cuyo sustento productivo ha quedado comprometido.
El impacto no solo es visual. Los árboles, que producen hasta 80 kilos de fruto cada uno, están contaminados, y los productores estiman que deberán ser arrancados de raíz, lo que representa una pérdida estructural y económica monumental. La mayor preocupación, sin embargo, recae en la salud pública.
Los habitantes de Citlaltépetl exigen respuestas claras sobre el estado de sus fuentes de abastecimiento, que se encuentran a escasos metros del arroyo contaminado.
“Que nos digan si se contaminaron los pozos de la comunidad, que son los que abastecen a toda la comunidad,» urgió la productora.
Aunque Pemex ha prometido seis meses de limpieza, los afectados temen que este plazo solo cubra la remoción superficial del crudo, y no el saneamiento profundo del suelo, lo que dificultará el cultivo por un tiempo indefinido.
La magnitud del derrame ha provocado que el petróleo descienda por los afluentes, alcanzando cuerpos de agua mayores como el río Pantepec y, posteriormente, el río Tuxpan.
La comunidad, productora de naranja, mango y papaya, se encuentra ahora sumida en una contingencia ambiental y un temor generalizado por el futuro de su agua y sus tierras.
 
            