Hora cero
Altas montañas, una década de sangre
Luis Alberto Romero
El asesinato del exdirigente perredista y exalcalde de Zongolica, Juan Carlos Mezhua Campos, se volvió nota nacional, y encendió los focos de alarma en Veracruz, particularmente en la región de las Altas Montañas, donde más de una docena de actores políticos han sido abatidos en la última década.
La lista de víctimas es larga e incluye al diputado federal Benito Aguas Atlahua, también ex alcalde de Zongolica; de igual manera, al director de Gobernación del Ayuntamiento de Camerino Z. Mendoza, Manuel Andrei Gamboa Soto; y al secretario del Ayuntamiento de Paso del Macho y aspirante del PVEM a la alcaldía, Ranses Neri Rodríguez.
Además, al precandidato del PRI a la presidencia municipal de La Perla, José Melquiades Vázquez Lucas, y a la excandidata del PT a la alcaldía de Yanga, Jessica Luna Aguilera, entre otros.
Algunos de esos hechos violentos fueron resueltos por las autoridades responsables de la procuración de justicia; otros, sin embargo, no se aclararon.
Este lunes, la gobernadora Rocío Nahle lamentó el homicidio de Mezhua Campos y aseguró que no habría impunidad.
Un día antes, la Fiscalía General de la República dio a conocer la integración de la carpeta de investigación correspondiente, para el esclarecimiento de los hechos; y para la captura de los responsables. El tema llegó a la reunión de la Mesa de Seguridad, encabezada por la gobernadora.
El de Juan Carlos Mezhua es uno de los casos de violencia política más mediáticos y escandalosos de los años recientes, sobre todo por la saña con la que el ex alcalde de Zongolica fue ejecutado.
Parecido, por el alto impacto y por la cobertura mediática, fue el homicidio del diputado federal Benito Aguas, también ex alcalde de Zongolica, quien fue victimado a balazos el 9 de diciembre de 2024.
Al igual que en esa ocasión, este lunes la gobernadora Rocío Nahle aseguró que no habría impunidad.
En el caso de Benito Aguas, el 13 de junio se reportó la captura del presunto responsable en una colonia de Zongolica; no huyó, permaneció en ese lugar durante seis meses, hasta que finalmente fue detenido en un fuerte operativo que involucró a elementos de la Policía Ministerial; es decir, de la Fiscalía General del Estado; y de diversas corporaciones federales.
Evidentemente, el sujeto no pensaba que podría ser detenido; y por ello no evadió la acción de la justicia.
Ello no necesariamente implica que lo mismo podría ocurrir en el caso Mezhua.
Lo cierto es que a partir de este domingo, cuando se produjeron los hechos y se abrió la carpeta de investigación, el esclarecimiento del homicidio se convirtió en una de las prioridades de la Fiscalía General del Estado, que tiene el reto de evitar que prevalezca la impunidad.
La historia reciente de Veracruz demuestra que cada hecho de violencia política que queda sin resolver abre la puerta para que otro ocurra. La impunidad no solo lastima a las familias y comunidades que pierden a sus líderes, también envía un mensaje lamentable: que la vida pública puede ejercerse sin garantías mínimas de seguridad.
Por eso, el esclarecimiento del asesinato de Juan Carlos Mezhua, como el de tantos antes que él, es una obligación de la fiscalía estatal.
@luisromero85



