Manuel Rojo
Desde hace meses se ha desplegado una intensa campaña financiada por grupos de derecha y ciertos poderes fácticos, cuyo propósito ha sido construir una realidad virtual que contradiga los hechos.
A través de redes sociales y discursos prefabricados, intentan instalar la idea de que México está sumido en el caos, que no hay democracia, que la presidenta carece de respaldo popular e, incluso, han llegado al extremo de pedir una intervención extranjera, cruzando los límites de lo irresponsable y lo antipatriótico.
Sin embargo, en cuestión de días, dos hechos de la vida pública derribaron por completo ese relato artificial. El primero fue el informe de la gobernadora Rocío Nahle, donde más de veinte mil personas se congregaron en un acto abierto que desmintió por sí solo semanas de ataques y pronósticos catastrofistas promovidos por opositores. Rocío Nahle detalló avances, rindió cuentas y fue acompañada por veracruzanos de todos los municipios, mostrando un respaldo genuino.
El segundo ocurrió este sábado en el Zócalo capitalino, donde la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó la celebración por los siete años de la transformación en México. Una plaza mayor completamente llena dejó claro que el apoyo ciudadano no solo se mantiene, sino que se fortalece.
¿Qué demuestran estos acontecimientos? Que los bots no votan y que la realidad cotidiana en los hogares mexicanos desmiente el discurso del desastre: hoy existe un gobierno que invierte en bienestar social y mantiene una relación sólida con el pueblo.
El éxito de ambos eventos no es casual. Es el resultado de organización, trabajo y liderazgo de dos mujeres emblemáticas de la Cuarta Transformación, que llevan más de dos décadas construyendo territorio, proyecto y confianza.
El golpeteo nunca prospera cuando hay respaldo popular. Y hoy quedó claro: Morena mostró fuerza con personas reales, con la emoción auténtica de un pueblo que reconoce a sus gobernantes y defiende su propio proceso de transformación.



