- La iconografía de las culturas habla de su historia, creencias y maneras de trabajar los materiales, entre otros aspectos, informó Fernanda Salazar Gil
Redacción Hora Cero
El proyecto La Pintura Mural Prehispánica en México cumplió 35 años de estudiar y registrar este patrimonio de nuestro país, sobre el cual se han publicado 16 tomos, siendo los más recientes los de Costa del Golfo. La Huasteca que reúnen una investigación amplia, profunda y multidisciplinar sobre la pintura mural prehispánica de esta región.
Así lo afirmaron la coordinadora del proyecto y académica del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, Fernanda Salazar Gil; y la especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y coordinadora de los tomos más recientes, María Olvido Moreno Guzmán.
Salazar Gil explicó en entrevista que para cumplir con su misión, el Proyecto ha dividido por áreas las zonas prehispánicas del país: el Altiplano Central, la Maya; Oaxaca y la Costa del Golfo. Se han publicado cédulas y volúmenes de estudios sobre Teotihuacan (Altiplano Central); Bonampak (Área Maya); los estudios del Área Maya y de Oaxaca. También sobre Cacaxtla (Altiplano Central) y los tomos de la Huasteca (Costa del Golfo).
“Curiosamente la pintura había sido, dentro del estudio de las zonas arqueológicas, un aspecto que se había dejado al último. Muchas veces los arqueólogos se centraban en la arquitectura y la escultura, y la pintura había quedado abandonada.
“Entonces, la doctora Beatriz De la Fuente al ver este vacío y que había mucha pintura que no se estaba trabajando de manera exhaustiva, planteó hacer el Proyecto y un seminario”, agregó Salazar Gil.
Desde el principio se conformó un grupo multidisciplinario de investigadores -biólogos, arqueólogos, arqueo-astrónomos, arquitectos, historiadores del arte, entre otras personas expertas- para estudiar la pintura mural y producir un conocimiento lo más completo posible.
Así, el Proyecto ha mostrado que la pintura es una fuente inagotable de información sobre las culturas prehispánicas, porque su iconografía habla de su historia, sus creencias, su manera de trabajar los materiales, entre otros.
Añadió que además de los catálogos e investigaciones que han realizado, y de formar recursos humanos, el Proyecto ha creado un banco de más de 150 mil imágenes de los murales de distintos sitios arqueológicos, con material que se tiene únicamente en la UNAM y que es consultado por investigadores del mundo.
La experta del IIE detalló que actualmente se trabaja sobre la pintura mural de Chichén Itzá y se hace un catálogo del área Maya que abarca más de 100 sitios. De igual manera se han empezado a estudiar las zonas de Tajín, Las Higueras, Zempoala y El Zapotal, de la Costa del Golfo.
“En un inicio se creyó que este gran trabajo se haría en un tiempo corto y nunca se esperó que 35 años después siguiéramos realizándolo y todavía no terminamos”, abundó.
La Huasteca
En entrevista por separado, la doctora en Historia del Arte, María Olvido Moreno Guzmán, destacó que los tomos de La Huasteca abarcan la Zona Arqueológica de El Consuelo Tamuín, que conserva el mayor número de vestigios murales pictóricos de la región; la de Tamtok -ubicada junto con la primera en San Luis Potosí-, así como la de Santa Fe, en Ixhuatlán de Madero, Veracruz, principalmente.
La obra se compone por tres tomos. El primero es un catálogo y los otros dos contienen 18 estudios sobre la pintura mural prehispánica a partir de la historia, historiografía, historia del arte, al igual que investigaciones basadas en metodologías de las ciencias naturales como la química y la física; o bien, con disciplinas como arquitectura o arqueoastronomía, por ejemplo.
“Todos los estudios aportan a la construcción de conocimiento para una mejor comprensión de la Huasteca del pasado y del presente. Son múltiples sus contribuciones: los análisis de pigmentos, los materiales y la tecnología con que se hicieron las pinturas y que permitió realizar análisis comparativos con otras zonas arqueológicas”, subrayó la también restauradora y experta en el arte plumario del México antiguo.
Además, contiene fotografías inéditas -de archivo y de campo- reunidas a partir de 2009. Se borda con fotos que se tomaron exprofeso, de materiales que están en bodegas de museos tanto de escultura, cerámica, joyería, pectorales labrados en concha, y documentos del Archivo General de Indias y el Archivo General de la Nación. Aproximadamente 95 por ciento de las fotografías son inéditas y hay múltiples materiales nuevos como reconstrucciones en 3D.
Incluso pudieron reconstruir imágenes a partir de fotografías de archivo que se tomaron cuando se descubrió la Zona Arqueológica de El Consuelo Tamuín, entre 1946 y 1947, y con imágenes digitales de alta resolución con las que pudieron ver en pantalla trazos y pinceladas “que no se ven ya en los muros”.
Recientemente la obra fue galardonada por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana en la categoría de Arte, Ediciones ilustradas de lujo.
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