Hora cero
La atención a los damnificados por las lluvias
Luis Alberto Romero
Las intensas lluvias que en los últimos días azotaron al norte de Veracruz, pusieron a prueba la capacidad de respuesta del Gobierno del Estado y de las instituciones federales. Ante un escenario complejo, con ríos desbordados, comunidades incomunicadas y cientos de familias damnificadas, se pudo observar una coordinación eficaz que permitió enfrentar la contingencia de forma inmediata.
Desde el primer momento, la gobernadora Rocío Nahle instaló el Centro de Comando en Poza Rica, donde sesionó el Comité Estatal de Emergencias junto con la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, para evaluar y reforzar las acciones de auxilio.
La presencia de la mandataria en la zona siniestrada no fue simbólica, sino operativa; no fue a posar para la foto, sino que encabezó personalmente la supervisión del envío de víveres, el traslado de pipas y plantas potabilizadoras, y la habilitación de albergues temporales para las familias desalojadas.
El enfoque fue claro: atender primero a las personas, garantizar su seguridad y restablecer de inmediato los servicios básicos. En Poza Rica, uno de los municipios más afectados, las cuadrillas de limpieza y desazolve comenzaron los trabajos apenas descendió el nivel del agua. Hoy, el servicio eléctrico se encuentra restablecido casi en su totalidad y las calles muestran un avance importante en su saneamiento.
En Álamo, el trabajo conjunto entre autoridades estatales, federales y habitantes del lugar permitió reducir los niveles de agua y recuperar la normalidad en los centros de salud y el hospital general. De manera simultánea, brigadas médicas y de salud pública desplegaron campañas de fumigación, control sanitario y atención a la población, garantizando condiciones seguras en los albergues.
La gobernadora también supervisó el envío aéreo y terrestre de víveres y medicamentos hacia municipios con acceso complicado, como Tempoal, Ilamatlán, Zontecomatlán e Ixhuatlán de Madero. Para estos últimos, se estableció un puente aéreo masivo que ha permitido llevar provisiones y movilizar a personas enfermas.
Estas acciones, respaldadas por la Sedena, Marina y la Guardia Nacional, reflejan una estrategia integral que combina logística, sensibilidad social y coordinación institucional
Más allá de los números —más de 3 mil 700 despensas distribuidas, 4 mil litros de agua potable entregados y decenas de brigadas médicas en operación—, lo que destaca es la eficiencia con que se articularon los esfuerzos. La gobernadora Nahle no improvisó: aplicó un modelo de gestión basado en la planeación, la presencia en territorio y la comunicación directa con los municipios afectados.
La tragedia no ha pasado desapercibida; se confirma el fallecimiento de seis personas, lo que recuerda la magnitud de la emergencia y la importancia de mantener la atención permanente en la región.
Sin embargo, frente a la adversidad, el Gobierno de Veracruz dio una muestra de coordinación y respuesta institucional, que contrasta con épocas en que los desastres naturales se atendían con tardanza o únicamente con fines mediáticos.
Hoy, la recuperación avanza gracias al trabajo conjunto de cientos de servidores públicos de la Federación y el Gobierno del Estado, fuerzas armadas y ciudadanos solidarios, que han instalado decenas de centros de acopio en el territorio estatal para enviar ayuda a las familias damnificadas por las inundaciones.
@luisromero85